Ang Lee cae bien en Venecia. Hace dos años le concedieron el León de Oro por Brokeback Mountain . Nadie lo discutió. Ayer se lo volvieron a dar. Esta vez con Lust, caution . ¿Fue una decisión cuestionada? Pues no exactamente. Más bien generó una corriente de sorpresa. No figuraba en las previsiones, quizá porque se proyectó muy al principio del festival y había caído algo en el olvido, lo cual no deja de ser una inquietante señal. Obviamente, había permanecido en la mente colectiva del jurado, formado este año íntegramente por directores, así que el cineasta taiwanés subió al estrado a dar las gracias y dedicar la distinción al recién fallecido Ingmar Bergman.

Ante todo hay que indicar que los siete directores no tenían ante sí una tarea fácil. Rellenar todo un palmarés con el material que la organización les ha puesto en esta edición ante los ojos resulta tremendamente meritorio. La 64 edición de la Mostra ha llegado al final exangüe, arrastrándose, sin ninguna pegada, con filmes perfectamente olvidables sucediéndose en el programa. Nunca alcanzó cotas gloriosas, pero el tramo final resultó tan entretenido como desenvainar guisantes.

Ang Lee sirvió una producción bien vestida, atractiva incluso, pero por alguna razón no acabó de deslumbrar. Está claro que encontró su público. Ang Lee siempre lo encuentra. Pero por el camino comercial irá encontrando también pegas. La historia de Lust, caution gira en torno a la resistencia china en la Shanghai de los años 40, ocupada por los japoneses, y se sustenta en la relación de alto voltaje entre una poderosa figura china aliada con los ocupantes y una actriz que planea seducirlo para eliminarlo. La lujuria y la desconfianza gobiernan el idilio.

Al margen de emocionarse con el premio, Ang Lee explicó que vio a Bergman poco antes de morir. "Fui a verle a su isla y me tocó la cara como una madre toca la de su hijo. En realidad, esa caricia era para toda la gente del cine, y yo le quiero dedicar este premio a él", comentó el cineasta, cuya película obtuvo el galardón a la mejor fotografía.

Brian de Palma se llevó el otro premio importante, el de mejor director, por Redacted , que narra las condiciones de vida de soldados de EEUU en Irak y subraya cómo algunos llegan a despojarse de humanidad. En Redacted resulta tan importante la temática como la fórmula de De Palma, adaptado al estilo Youtube.

Las dos cintas que partían como favoritas se repartieron el Premio Especial del Jurado: la virguería de I´´m not there , una biografía de Bob Dylan y La graine et le mulet .