El hombre… El mito… La leyenda». En estos términos es descrito John Wick (Keanu Reeves) en el tráiler de una película en torno a él que hoy llega a nuestras salas. Unos cuantos fanáticos del cine de acción estarán de acuerdo, pero algunos espectadores quizá se pregunten quién es ese mito. John Wick no es un nombre 100% reconocible por estas latitudes, esencialmente porque la primera parte de sus aventuras ni siquiera llegó a estrenarse en salas, como ahora lo hace John Wick: Pacto de sangre.

Y, de hecho, por poco ni siquiera se estrena en salas en EEUU. Cuando John Wick (Otro día para matar) fue mostrada hace unos años a posibles distribuidoras, sus responsables tan solo recibieron una triste oferta. Después llegaron las críticas exaltadas. La película en la que nadie creía acabó recaudando mundialmente más de cuatro veces su presupuesto (que rondó los 19 millones de euros) y se convirtió, casi instantáneamente, en cinta de culto.

El motor dramático de John Wick es sencillo y ahí radica parte de la fuerza de la propuesta. En esencia, es la historia de un tipo que quiere vengarse de quienes mataron a su perra. Una cachorra, Daisy, encargada para John por su esposa poco antes de morir, con el fin de hacerle más fácil el duelo. También le roban el coche, pero aquí lo importante es el asesinato de ese can inocente.

Wick fue en el pasado un terrorífico asesino a sueldo (su segundo nombre era Baba Yaga, el hombre del saco del folclore eslavo) y ahora le obligaban a recuperar los viejos hábitos. Justo cuando pensaba que estaba fuera, vuelven a involucrarle. Ha de recorrer todo un submundo de asesinos para dar con el culpable de su dolor, Iosef (Alfie Allen), vástago de su antiguo jefe.

El guionista Derek Kolstad escribió John Wick después de ver algunas películas de venganza que no le habían convencido del todo. Si nunca se hubiera rodado, tampoco habría pasado nada: aunque ha escrito, según ha explicado, entre 50 y 60 guiones, pocos han acabado hechos película. Pero consiguió vender el guion a Thunder Road, la compañía detrás de The town. Ciudad de ladrones y Sicario, que atrajo al proyecto a Keanu Reeves, necesitado de un gran regreso a la acción. Reeves se involucró al máximo, llegando a retocar todo el guion, y fichó a los expertos especialistas/directores de segunda unidad Chad Stahelski y David Leitch, con quienes había trabajado en la saga Matrix.

BALLET VIOLENTO / Enamorados del proyecto, Stahelski y Leitch acabaron dirigiendo la película al completo. Con estilo a raudales: en lugar de abusar de cámaras y cubrir la acción como si fuera un partido de fútbol, optaron por tomas largas en las que se desarrollaban coreografías de ballet violento.

John Wick no tenía mucho que ver con la mayoría de proyectos de acción contemporánea; conectaba más con la estilización de maestros como Seijun Suzuki o John Woo. El gun-fu de este último (mezcla de la musicalidad del kung fu con la iconografía del cine de gánsteres) inspiró claramente a Stahelski & Leitch, quienes ya se habían ensayado con este estilo híbrido en Matrix.

La nueva John Wick: Pacto de sangre, que se estrena hoy, brilla todavía más en cuestión de acción y asienta la creación de Kolstad como franquicia con futuro. Ya hay una tercera parte en preparación, y existe un guion de precuela casi terminado que la productora Lionsgate podría desarrollar en formato de serie.