El público que acudió al estreno de A Electra le sienta bien el luto llenó a medias las gradas del teatro romano, la taquilla más floja de la LI edición del Festival de Teatro Clásico de Mérida.

Los asistentes congregados conectaron desde el principio con el desarrollo de la trama. La duración, dos horas y veinte minutos, fue algo extensa, como reconocían algunos de los propios protagonistas y se reflejó en los aplausos del público.

El director, Mario Gas, declaró que estaba contento y satisfecho tras el estreno, al considerar que la obra había salido "muy bien, muy potente, muy tensa, con mucho color, ritmo y tempo". Asimismo, expresó que toda obra necesita un periodo de asentamiento y se mostró convencido de que en cada representación --permanecerá seis días más en cartel--irá a más.

Según Gas, la obra "investiga zonas no resueltas, oscuras, fantasmales de los individuos actuales y de la sociedad actual y como inciden en los comportamientos colectivos".

Tanto el director como los actores reconocieron el valor del escenario emeritense. El primero reconoció que es "un lugar muy potente y muy abierto".

Para la obra, ambientada a finales de la I Guerra Mundial con el fin de acercar el drama un poco más al mundo de hoy, se utilizó como escenario la fachada y la puerta de entrada de una casa palaciega. Este lugar cobra una importancia esencial porque es el sitio maldito donde ocurren las desgracias y los engaños de la familia de los Mannon.

Coproducida entre los Festivales de Mérida y las Palmas de Gran Canaria, A Electra le sienta bien el luto se estrenará, una vez que abandone Mérida el 25 de julio, en la capital de las Islas Canarias, y posteriormente en Salamanca, Olite y Bilbao para acabar, tras unas 30 representaciones más, en Barcelona y Madrid.

PROTAGONISTA La actriz protagonista, Mónica López, que encarnó a Lavinia Mannon, se mostró emocionada tras la representación y confesó que se sentía como "si acabara de parir un niño precioso Asimismo, explicó que en el texto de O´Neill se pueden ver todos los personajes de la obra de Sófocles.

El actor Adolfo Fernández, en el papel de capitán Brant , empleó el término "culebrón" para describir la historia que narra la tragedia de una familia aristocrática, los Mannon, hipócrita y terrible. Otros actores como Constantino Romero, Iván Hermes o Maruchi León, al termino de la obra comentaron su percepción de la buena acogida del público, y la satisfacción tras el trabajo realizado durante los ensayos.