"Desde los ya lejanos tiempos en que, sin saber muy bien lo que hacía, escribí mis primeros relatos, creo no haberme apartado ni un milímetro de esta ambición: contar historias que, sin serlo, parecieran un representación de la vida y tuvieran a los lectores --como tenían a los oyentes de la caverna y la fogata los fundadores de esa antigua estirpe--, anhelantes, ávidos, por saber qué, qué pasó después". Esto escribía Mario Vargas Llosa como prólogo a sus Obras Completas , publicadas en el 2004.

El destino ha querido que el escritor peruano haya recibido el Premio Nobel de Literatura a 26 días de que se publique su nueva novela, El sueño del celta (Alfaguara). Una obra de 451 páginas y que es la historia al corazón de un viaje entre la civilización y la barbarie y que mantendrá también en vilo a sus lectores, que son legión, "ávidos, por saber qué, qué pasó después".

Como todas sus novelas, El sueño del celta está pergeñada a partir de experiencias personales y espacios reales que inoculan el veneno de la ficción en la mente de un novelista que toma y desecha de la realidad lo que le conviene. En el principio de esta nueva aventura literaria está la lectura que hizo de una biografía hechizante sobre Joseph Conrad, el autor de El corazón de las tinieblas .

El infierno de Conrad

El tiempo que Conrad pasó en el Congo transformó para siempre su concepción del mundo y del hombre: había conocido el infierno en la Tierra. Más tarde confesaría que solo en Africa había nacido su comprensión del ser humano.

Lo que ha fascinado a Vargas Llosa es la historia del hombre que acompañó a Conrad en ese viaje y que le hizo ver atrocidades inenarrables: Roger Casement (1864 - 1916). Nacido en Irlanda, creía a ciegas en el colonialismo europeo, pero ese viaje con Conrad le convirtió en un antiimperialista y le hizo renunciar a su cargo de cónsul del Imperio británico en el Congo belga de Leopoldo II. Tanto Conrad como Casement vieron la barbarie y la brutalidad y este redactó el Informe Casement, donde daba cuenta de esos horrores. Convertido en la voz de la conciencia europea, viajó al Perú y escribió The Putumayo black book , documento que recogía nuevas atrocidades. Enfrentado a Inglaterra, conspiró contra el Reino Unido, ingresó en prisión y fue condenado a muerte. A la espera de la ejecución, el hallazgo de sus diarios fueron motivo de escándalo por su supuesta homosexualidad.

Esta historia ha sido la chispa que ha encendido la imaginación omnívora de Vargas Llosa proyectando la historia de Casement en tres sitios: Africa, la Amazonia y la cárcel. Como notario que levanta acta, Vargas Llosa se atreve a contar una historia que él mismo vivió en el Congo como reportero cuando escribió Viaje al corazón de las tinieblas, un reportaje sobre las atrocidades que todavía hoy asolan al lugar.

Narrar lo inenarrable es la forma que Vargas Llosa busca una y otra vez en sus novelas. Y una atracción por el abismo que en El sueño del celta se consume en crear una mirada despojada que puede decir como Kurtz, el personaje de Conrad en El corazón de las tinieblas: "El horror, el horror".