Cómo suenan Los Secretos con una orquesta de sesenta músicos detrás? ¿Cómo el pop guitarrero de uno de los grupos más destacados de España se transforma en sinfónico? ¿No traiciona su espíritu original?

"No", responde Jesús Redondo, teclista del grupo y responsable de las versiones que se escucharán hoy en el teatro romano de Mérida, en un concierto en el que participa la Orquesta Sinfónica de los Conservatorios de Almendralejo y Mérida (Oscam) e incluye como telonero al grupo emeritense Ama.

Los Secretos están de gira. Vuelven para recordar sus treinta años de trayectoria antes de meterse en el estudio de grabación de su primer disco en cinco años. "Ya es nuestra salud la que nos pide canciones nuevas", reconoce Redondo.

En la mayoría de los conciertos este recuerdo viene en la forma habitual: con Alvaro Urquijo (voz y guitarras), Ramón Arroyo (guitarras), Jesús Redondo (teclados), Juanjo Ramos (bajo), Santi Fernández (batería).

La excepción se produce en actuaciones como la de Mérida y es la consecuencia del trabajo del propio grupo.

"Hemos ido arreglando determinadas canciones a lo largo del tiempo y nos hemos encontrado con material suficiente como para tocar con una orquesta", explica Redondo. Así que temas como Déjame o Buena chica , en esa versión orquestal, son un reflejo del paso del tiempo por los músicos de Los Secretos. "No sé si es la edad o el tiempo; pero te das cuenta de que puedes interpretar una canción al piano, con una guitarra, crear una sonoridad diferente sin que se pierda el espíritu".

En el disco duro de Los Secretos hay pruebas de que esta experiencia no es una novedad. A mediados de los 90, el fundador del grupo, Enrique Urquijo (junto a Alvaro), ya hizo una versión de Desordenada habitación , de Antonio Vega, para Enrique Urquijo y Los Problemas. Y en el disco Con cierto sentido hicieron un arre-

Pasa a la página siguiente