«Por todos los que no quieren un país con #HumorAmenazado. Déjennos reír en paz, leñe», escribe el dibujante Ferran Martín en su cuenta de Twitter, tras citar también a varios colegas que como él mismo -Eneko de las Heras, Dani Mateo o las revistas satíricas Mongolia y El Jueves, con su director Guille Martínez-Vela- en estos días convulsos han sufrido despidos, censuras y procedimientos judiciales por usar el humor para sacarle punta a la actualidad. Todos ellos han originado un manifiesto de denuncia firmado por más de un centenar de dibujantes contra el acoso y los límites que se intentan poner a la profesión bajo el lema y el hashtag Humor amenazado.

En el manifiesto se advierte: «Una ficción solo debe ser juzgada desde un punto de vista estético, cultural, moral, ideológico o incluso político pero nunca penal». Además de los casos de dibujantes que se han quedado sin empleo, recuerdan el caso de Cels Piñol , quien sufrió la censura de una de sus conferencias en Bulgaria y que «otros compañeros del gremio reciben improperios de carácter personal por su trabajo». La carta-denuncia recuerda que en febrero del 2016 dos titiriteros fueron encarcelados, acusados de delitos de odio y de enaltecimiento del terrorismo. «El caso fue finalmente sobreseído. Este año los presentadores de El intermedio, Gran Wyoming y Dani Mateo, declararon imputados por delito contra los sentimientos religiosos. Absueltos».

Los dibujantes y guionistas defienden que en una democracia sana es «síntoma preocupante» que viñetas, tuits, gags o artículos satíricos indignen con tanta facilidad al poder, «resultando muy llamativo que se tome la broma tan en serio». «La censura al humor se produce silenciosa y constantemente y no solo en nuestro país. Nos acordamos de otros compañeros dibujantes represaliados por sus gobiernos: Ramon Esono (Guinea), Emad Hajjaj (Jordania), Osmani Simanca (Brasil), Musa Kart (Turquía) o G. Bala (India)», añaden.

JUDICIALIZAR EL HUMOR / Judicializar el humor no es cosa menor, advierten en las conclusiones., «Lo sabía muy bien el gran viñetista y humorista Gila, encarcelado por republicano y multado por su trabajo bajo la censura del dictador Franco». Los firmantes dicen que quieren alertar de posibles persecuciones y que ponen en marcha la campaña en redes sociales con el hashtag #HumorAmenazado con el objeto de pedir la derogación de la Ley Mordaza y gritar a favor de la libertad de expresión.