La misión de Orson Welles en Brasil y México era realizar un documental que mostrara que todo marchaba bien con los aliados latinoamericanos. Pero Welles reveló imágenes y contenidos que disgustaron al estudio de cine RKO y el gobierno brasileño, que iban más allá de la percepción simple del Carnaval de Río de Janeiro. Apartándose de los musicales hollywoodienses, Welles quiso ayudar al crecimiento de las industrias de cine en Brasil y México con nuevas tecnologías de color y el retrato de héroes populares como los jangadeiros (pescadores brasileños que navegaban en pequeñas balsas), y los músicos de samba sin distinción de grupos étnicos.