Jawhara al-Ibrahim, viuda del rey Fahd de Arabia Saudí, llegó ayer a Marbella, donde esperará a su hijo, el príncipe Abdulaziz, y donde ya estaba su cuñado, el príncipe Salman bin Abdulaziz AlSaúd (foto), a quien vio el rey Juan Carlos el domingo.

La visita de la familia real saudí a El Rocío, su palacio en la localidad, es esperada con ansia en la ciudad malagueña por el enorme derroche de dinero que hacen. Tener las reservas de petróleo más importantes del mundo permite darse muchos lujos.

Uno de esos caprichos fue donar 900.000 euros al Hospital Costa del Sol para agradecer que mantuvieran una habitación aislada y completamente equipada en caso de que algo sucediera a la familia real. O, por ejemplo, mantener un palacio como El Rocío. Solo las reformas de la residencia, cuya fachada reproduce algunos motivos de la Casa Blanca estadounidense, duraron tres años y costaron 108 millones de euros y el trabajo de un millar de obreros de la construcción.

Con la reina y los príncipes se espera que lleguen, además, unos 1.500 miembros de la corte árabe, que en esta época del año huyen de las altísimas temperaturas de Riad, que llegan a alcanzar los 50 grados centígrados.