¿Por qué se explica esta historia una y otra vez? Quizá porque siempre es actual. Porque también hoy son tiempos de guerras y hay conflictos en muchos lugares del mundo. Territorios ocupados, como la ciudad de Troya, que anoche resurgió de sus cenizas por primera vez en el Festival de Teatro de Mérida. Y lo hizo gracias a la narración desnuda y cercana que La Ilíada , en la versión del italiano Alessandro Baricco, ofreció a las cientos de personas que se acercaron a su espectacular estreno --es la primera vez que este clásico grecolatino se representa en el certamen-- en el teatro romano.

Las protagonistas, las voces femeninas de Mercè Anglès, Mercè Aránega --Premio Nacional de Teatro 2010-Conga--, Muguet Franc, Anna Güell y Angels Sánchez, sobrias, elegantes, rotas por la incomprensión y marcadas por el dolor, aunque ansiosas por encontrar soluciones a un conflicto que no entienden. Madres, hijas, hermanas y esposas, que bajo la dirección del canadiense Tom Bentley-Fisher, cuentan de una forma sencilla y accesible "una de las historias más violentas y más masculinas que nunca se hayan explicado, escrita por y para hombres, donde los sentimientos de la mujer poco importan".

Pero preguntarse cómo debe ser la vida, sabiendo que en cualquier momento puede caer una bomba, o cuando parece que la guerra no se va a terminar nunca, o cómo debe ser parir, sabiendo que la guerra fuera de los muros les devorará a los hijos de la misma manera que les devora a los maridos, no es cualquier cosa. Un tormento al que estas cinco mujeres hacen frente en el escenario, para examinar con claridad, para intentar entender la guerra de otra manera, para intentar encontrar sus motivos y llevar al espectador hacia una nueva comprensión de la paz.

Diferente

Anoche era la primera vez que el teatro romano disfrutaba de la representación del clásico entre los clásicos, quizá la obra con mayor esencia grecolatina, junto a La odisea . Pero en esta ocasión, no se trataba del texto íntegro de Homero, sino de una adaptación del novelista Alessandro Baricco, que, sobre todo, intenta hacer una lectura pública de un texto que para la mayoría de los mortales es ilegible. Por ello, en el teatro romano no hubo ni rastro de los dioses, ni de los hombres, que son los verdaderos protagonistas. Solo la fuerza que transmiten cinco mujeres y su facilidad para cambiar de papel.

Secuencias más concisas que al carecer de fuerzas divinas, muestran al hombre como único artífice, dando así como resultado "una historia humanísima en la que los hombres viven su propio destino", según señaló el propio Baricco.

Así, los cientos de espectadores disfrutaron de una Ilíada diferente, con un lenguaje más vivo y rítmico, con una lentitud especial y una sorprendente explicación sobre el final de la guerra de Troya que hace aflorar los detalles más inesperados del conflicto. Porque en La Ilíada , todo comenzó en un día de violencia.