Se cumplen este mes 20 años desde la finalización de la publicación original de Watchmen . Una reciente nueva edición en España del monumental cómic de Alan Moore y Dave Gibbons y el comienzo del rodaje de su adaptación al cine, que dirige Zack Snyder (el responsable de 300 ), jalonan el vigésimo aniversario de una de las obras más influyentes y prestigiosas del cómic contemporáneo.

Realismo diferente

"Más realista en su concepción que ningún otro mundo de superhéroes jamás visto, y al mismo tiempo diferente del nuestro". Así describía el guionista Alan Moore (Northampton, 1953) el mundo de Watchmen al dibujante Dave Gibbons (Londres, 1949) cuando empezaron a trabajar en la obra para la editorial norteamericana DC, allá por 1985. La premisa básica de la que partieron fue la de cómo sería el mundo si los superhéroes hubiesen existido realmente: en el 1985 alternativo de Watchmen , Nixon ganó la guerra de Vietnam y sigue siendo presidente de Estados Unidos, la tensión con la Unión Soviética se ha incrementado y solo la presencia disuasoria de un superhombre todopoderoso, el americano Dr. Manhattan, garantiza que no estalle la guerra nuclear. De momento. Los vigilantes enmascarados, muy populares décadas atrás, han sido declarados ilegales, y están siendo asesinados a manos de una misteriosa conspiración.

Sin embargo, en Watchmen no importa tanto el argumento --que bebe bastante de la ciencia ficción televisiva y de serie B-- como la forma en que está contado, algo que han reconocido los propios autores, y fue el interés de ambos por llevar más lejos las posibilidades del lenguaje del cómic lo que impulsó la obra. A lo largo de su elaboración las ideas fueron superponiéndose en diversos estratos narrativos, en un proceso orgánico al que Gibbons aportó mucho más de lo que suele creerse, eclipsado posiblemente por el estrellato de Moore, entre cuyos logros figuran títulos tan populares como From Hell y V de Vendetta .

Los tridimensionales y detallados dibujos de Gibbons buscaban la máxima verosimilitud del mundo recreado, pero había que poner orden en sus abigarradas imágenes. Con una retícula casi invariable de nueve viñetas por página, Gibbons proporcionó autoridad, neutralidad y cualidad hipnótica a la minuciosa narración de Moore. "Queríamos hacer un cómic de superhéroes original y excepcional y, de paso, probar un par de ideas nuevas sobre la narración" (Moore, 1988). En realidad fueron bastante más de un par.

Watchmen fue abordada con un tratamiento autoconsciente y posmoderno donde el uso de elementos metalingüísticos, la contraposición entre texto y dibujo o los experimentos formales de algunos capítulos --como el cuarto, donde pasado, presente y futuro se simultanean para evocar la percepción del tiempo del Dr. Manhattan, o el quinto, de estructura simétrica-- dieron una dimensión más profunda y polisémica a la historia.

La significativa densidad de información que impregnaba sus viñetas producía un efecto acumulativo e inquietante, y la reiteración de motivos recurrentes casi subliminales --la mancha de sangre, el smiley , el reloj del juicio final a punto de marcar la medianoche, las citas al final de cada capítulo-- añadió capas extra de significado simbólico a la metacebolla que es Watchmen .

Fue un hito en su género

Watchmen apareció originalmente entre 1986 y 1987 en 12 tebeos mensuales que luego fueron recogidos en un solo libro. Su deconstrucción de los superhéroes marcó un hito en el género cuya sombra se alarga hasta hoy y captó indeleblemente el espíritu de su época, el miedo nuclear de la guerra fría. Su publicación casi simultánea con otras dos cimas del cómic americano --Batman: El regreso del caballero oscuro (1986), de Frank Miller, y Maus (1986), de Art Spiegelman-- dio carta de naturaleza a la novela gráfica actual y generó en los medios una justificada sensación de avance artístico en el cómic.

Además de un tremendo éxito comercial, Watchmen obtuvo un Premio Hugo en 1988 y fue incluido en la lista elaborada en 2005 por la revista Time con las mejores novelas en lengua inglesa del siglo XX. La obra está ahora disponible en España en un imponente tomo (Planeta DeAgostini) con formato superior a la edición original, que ha sido recoloreado e incluye abundantes extras.

Durante estas dos décadas, Hollywood ha intentado llevarla al cine en 5 ocasiones, involucrando a directores como Terry Gilliam --quien finalmente abandonó declarando que "es infilmable"--, Darren Aronofsky y Paul Greengrass. Los derechos están ahora en manos de Warner Bros., que, impresionada por los resultados de Zack Snyder adaptando otro cómic (300 ), le ha encomendado la dirección de Watchmen . Y parece que será Snyder quien se lleve el gato al agua: con un reparto de actores televisivos no siempre conocidos y un guión para dos horas y media de metraje que firman David Hayter --X-Men y X-Men 2 -- y Alex Tse, el mes pasado comenzaba el rodaje en Vancouver.

El lema de la película será el mismo del tebeo: la traducción al inglés de una cita clásica de Juvenal: Who watches the watchmen? Es decir, ¿quién vigila a los vigilantes?