Cuando Wendy Guerra (La Habana, 1970) vio la película alemana La vida de los otros se dijo: esta es la vida de nosotros. "En Cuba, todo es un misterio, una leyenda o hay micrófonos", explica en Madrid, donde presenta su segunda novela Nunca fui primera dama (Ediciones B), en la que se adentra en algunos secretos y leyendas de la Cuba castrista, tomando como voces las de tres mujeres de generaciones distintas.

Entre las leyendas está Celia Sánchez, compañera de Fidel Castro en Sierra Maestra, un personaje del que poco se supo tras triunfar la revolución. Hace poco, el último de sus familiares abandonó la isla. Abandonar es algo que no contempla esta joven escritora, que prefiere plantear batalla con las ideas. Por el contrario, le gustaría que regresaran muchas personas para que cuando desaparezca Castro haya una generación dispuesta asumir el poder sin tener ataduras con el pasado.

Ganadora del primer premio de Novela Bruguera en el 2006, Guerra defiende con una escritura directa la libertad del individuo, uno de los déficit de la revolución.