Ya estamos en Los Angeles. Paso lista rápidamente: Sergio, coguionista de Eramos pocos y su mujer, Ana, que toca el cello en la banda sonora del corto; Gontzal, Diego y Elena, amigos de San Sebastián de mi tierna infancia; Laura, que me lleva la prensa y se ha venido con su madre y Luna, un precioso bebé de cinco meses; mi novia Marta y yo.

El viernes seremos unos 25. Me encanta. Somos una pandilla de lo más graciosa. Eso sí, mis amigos me están decepcionando un poco: en otros tiempos habríamos llegado al hotel y saqueado el minibar.

Ahora lo único que quieren es tomarse un colacao. Bueno, se lo perdono porque el viaje fue infernal: cuando aterrizamos parecíamos figurantes de La noche de los muertos vivientes. Y además llovía.

Clima veraniego

Sí, llovía en Los Angeles, la ciudad de las palmeras y el sol, del eterno clima veraniego. Hollywood parecía Bilbao, lleno de paraguas y botas katiuskas. Pero no puedo estar más contento. Voy dando botes por la calle: mi corto está nominado al Oscar, eso te quita el jet lag y también la vergüenza.

Ayer, mi novia (a la pobre le han perdido su maleta en el trayecto entre Atlanta y Los Angeles: por lo menos llevaba el vestido de la ceremonia del domingo en el equipaje de mano) me regaló un Oscar al mejor novio que compró al lado mismo del teatro Kodak. Es la horterada más bonita que me han dado nunca.

Mis amigos no paraban de decirme: "¿Qué ¿Vas a ponerlo al lado del de verdad". Me parece genial que sean tan optimistas. Yo también lo era cuando Nacho Vigalondo estaba nominado. Pensaba que iba a ganar. Pero ahora es diferente, ahora prefiero olvidarme de las "posibilidades" y disfrutar.

Los nominados

Hoy en la Academia de Hollywood es la proyección oficial de los cortos nominados, con un coloquio donde participamos los directores. Veré a Javier Fesser, claro. Binta y la gran idea es el favorito, pero hay un par de medios como el Entertainment Weekly o el L. A. Weekly que son grandes fans de mi corto. Esto se lo tengo que contar a mi madre. El último SMS que recibí de ella me decía lo siguiente: "Hoy al final de la misa el cura ha dicho "compartamos la alegría de los padres del nominado al Oscar". Ja ja. ¡Tienes a la Iglesia apoyándote! ¡Tú que eres un rojeras!".