La obra Yo, Claudio , que ha abierto la L edición del Festival de Teatro Clásico de Mérida, se despidió anoche del teatro romano emeritense habiendo logrado en sus ocho representaciones el aplauso unánime tanto de la crítica como del público.

A partir de ahora, el espectáculo, protagonizado por Héctor Alterio y producido por el propio festival emeritense y por la productora Pentación, iniciará una gira que le llevará por los festivales y escenarios de toda España. De momento tienen contratadas representaciones hasta finales de este año, pero es bastante probable que se amplíe la gira unos meses más.

El sábado la obra volvió a lograr colgar el cartel de no hay billetes y, como ha ocurrido en las ocho representaciones, el público dedicó una ovación interminable a todos los actores y otra aún más especial a Héctor Alterio, el actor que encarna a Claudio y que con su expresividad y su saber estar sostiene una obra que se prolonga durante más de dos horas. Esa noche, en la que su hijo Ernesto asistió en directo a la función, tanto Alterio como la actriz que encarna a Mesalina --Isabel Pintor-- sufrieron aparatosas caídas que, afortunadamente, no impidieron que la obra continuase.

HIJO IMPRESIONADO Concluida la función, Ernesto reconocía haberse sentido "impresionado" por la actuación de su padre y por todo el montaje en general. "Sé de lo que es capaz mi padre como actor, conozco las sutilezas que es capaz de transmitir, pero hacía mucho que no le veía actuar en teatro y verlo sobre este escenario es algo único", añadió. Por otra parte, reconoció que no sabe si se "atrevería" a trabajar en un escenario como el teatro emeritense.

Por su parte, Héctor Alterio, en una entrevista con EL PERIODICO EXTREMADURA, explica que aún no se ha planteado que hará una vez que finalice la gira de Yo, CLaudio .

En estos momentos tienen funciones contratadas hasta diciembre de este año y, aunque seguramente se ampliará, no se plantea qué ocurrirá después. Y es que, pese a todo, aclara que él no recibe tantas ofertas de trabajo como puede parecer, ya que sólo le llegan dos o tres proyectos atractivos cada año. Así, indica que cuando termine la gira "me sentaré al lado del teléfono a esperar a que me llamen". En este sentido, reconoce que le gustaría ser "como los tenores, que tienen la agenda para trabajar hasta el 2008".

"ALERTAR AL PUBLICO" Por otra parte, Alterio demuestra tener clara su idea de cuál es el papel de un actor, la de "alertar" al público, puesto que está convencido de que "no estamos como bufones entreteniendo nada más". Una de las partes de su trabajo que menos le atraen es la de los premios, especialmente si la televisión está por medio. No en vano resalta que le pone "muy incómodo" el hecho de "tener que competir con alguien que yo no elegí y tener que poner cara de que no me afecta".

Pero si hay un tema que le ilumine el rostro al hablar, ése es sin duda el de sus hijos Malena y Ernesto, ambos actores y ambos con una prometedora carrera por delante. Héctor Alterio asegura que lo que más le "tranquiliza" es que sus hijos "saben que en esta profesión hay que estar pegado a tierra y no quedarse en el éxito, porque eso es contraproducente, y afortunadamente los dos están encarando bastante bien su carrera".