Son las 13.00 horas y Jesús Corchado está a punto de dejar de trabajar por hoy para emprender un desplazamiento muy especial. En un par de horas, él y su compañera sentimental, la moldava Olesea León, partirán desde Algemesí (Valencia) hasta Castilblanco de los Arroyos (Sevilla). «Más de 700 kilómetros, sí», informa el propio Corchado. Por la noche llegarán a la casa de sus amigos Ramón y Fina. Era simplemente una etapa de un fin de semana que espera disfrutar al máximo.

El motivo final de tan largo periplo (1.800 kilómetros en total) es mañana, en el Badajoz-Cacereño. «Estaremos por Sevilla el sábado y el domingo nos iremos a Badajoz, donde estaremos por allí paseando y después a comer antes del partido». Eso es amor a unos colores, eso es un fin de semana futbolístico de corazón, desde luego.

«No me cuesta, no; vamos a ver si lo pasamos bien y conseguimos empatar o ganar», dice el aficionado, natural de Cáceres y destinado profesionalmente en la Comunidad Valenciana desde hace ya bastantes años. Por su Cacereño cualquier sacrificio es poco: en los últimos años ha viajado mucho por toda la geografía española siguiendo su trayectoria. «En éste solamente he ido a los de arriba, con el Badajoz en la primera vuelta y el Azuaga. Ahora éste y queremos también ir a Don Benito», comenta como si tal cosa. Desde muy pequeño, «con mi padre siempre he ido a ver a mi equipo», afirma Jesús, que pretende seguir con esa costumbre para él tan saludable.

A la espera

Ramón y Fina, que ni siquiera son cacereños pero que llevan al CPC en la sangre, les esperan en su domicilio sevillano. Ellos han ido a más partidos este año. Se les ha podido ver en Santa Amalia,Valdivia… y lo que queda. La amistad entre las dos parejas tiene ese nexo común.

«A ver si se da un 1-1 o un 0-0». Corchado espera que el Cacereño se ponga líder tras esta jornada con un empate, «quizá sea mejor así». Pero si su equipo pierde aún no se habrá acabado la esperanza. Seguirá intacta, desde luego, para gente como ellos. «Somos pocos, pero bien avenidos», afirma el seguidor verde sobre su devoción. Tiene amigos en la plantilla, como Aarón, que reconocen el esfuerzo especial que hacen.