La asamblea general extraordinaria de socios compromisarios de la UD Mérida se celebró anoche y se revelaron datos sobre el estado de la entidad. Tal como estaba previsto, los dirigentes aragoneses asistieron a la reunión: Saturnino Martínez, presidente; Javier Sauras, vicepresidente; y Eva Domínguez, vicepresidenta primera.

El encuentro comenzó con el informe de Sauras, que presentó la dimisión en bloque de la cúpula de la junta directiva, informó de que condona todas las cantidades invertidas en el club, que rondan los 391.000 euros (65 millones de pesetas), y entregó la documentación y el dinero de caja de la entidad que obraban en su poder.

QUEJAS Por solicitud del socio-compromisario Manuel Molina, dentro de diez días se le entregará a él un completo informe sobre la deuda global de la entidad, que, en todo caso, según pudo saber este diario, está alrededor de los 210.000 euros (35 millones de pesetas).

Durante el cara a cara con los socios compromisarios, el presidente llegó a decir que su grupo empresarial no ha contado con "ningún apoyo" de la ciudad y Sauras espetó: "lo habremos hecho fatal, pero ustedes no han sido justos porque no nos han tolerado tanto como a los que estaban antes". También reconoció varias veces durante la asamblea que "nos hemos dejado engañar, porque debíamos haber exigido a los que nos vendieron el club lo mismo que estamos haciendo ahora con ustedes, es decir, dejar todas las cuentas claras".

Al cierre de esta edición se debatía cuál debía ser la composición de la nueva junta gestora. Según Molina debían formarla una representación de los compromisarios. En cambio, según el vocal Miguel Cid debía salir de los directivos locales que permanecen en la junta directiva.