Badajoz soñó durante 33 horas que tenía un equipo con Iker Casillas en la portería, defensas como Puyol o Sergio Ramos, a Cesc Fábregas en la media y delanteros como Torres y Villa. Durante ese día y medio, los mejores jugadores nacionales entrenaron en el Nuevo Vivero, durmieron al lado del río Guadiana y jugaron ante 15.000 entusiasmados extremeños.

La selección española y los sufridos aficionados al fútbol en Badajoz se dieron la mano sabiendo que las penas con pan duelen menos. Los jugadores golearon a Liechtenstein por 4-0, tratando de borrar su fracaso en el Mundial de Alemania y los pacenses dejaron los llantos por el descenso del Badajoz a Tercera por impagos y su triste situación, siendo su ciudad por unas horas el centro de atención futbolística del país.

Desde que el simpático "zapatones" puso los "peus a terra" en el aeropuerto de Badajoz a las 12 de la mañana del viernes hasta que el avión hizo el camino inverso a la una de la madrugada del domingo, a la selección la acompañaron miles de seguidores. 2.000 junto a la pista de aterrizaje, 9.000 en la "pachanga" de entrenamiento y 15.000 en el partido valedero para la Eurocopa 2008 de Austria y Suiza.

En siete años, la capital pacense ha visto dos goleadas de la selección de su país a dos "don nadie". Del 8-0 de 1999 a Chipre al 4-0 a Liechtenstein del 2006. El euro también afecta a la Eurocopa y los goles valen el doble...

En la madrugada del sábado al domingo muchos niños y no tan niños tardaron en conciliar el sueño. Encendieron mil veces la luz de la mesilla para ver de nuevo el autógrafo de Raúl, recordar su foto con Reyes o el gol de Luis García. Un bonito sueño que duró 33 horas y que tras él nos vuelve a conducir a la cruda realidad del deporte pacense.