El día empezó con buenos augurios deportivos, sobre todo futbolísticos, aunque por la mañana se recibió la mala noticia de que la suegra del habitual conductor del autobús del Cáceres 2016, Juanma Gil, había fallecido. El chófer, un hombre muy querido en el vestuario por su carácter, tuvo que marcharse la noche antes.

Durante el suave entrenamiento matinal, que consistió simplemente en unos estiramientos y unos tiros a canasta, se iban conociendo los goles que iba marcando el Cacereño ante el Tenerife B en su decisivo enfrentamiento para lograr la permanencia en Segunda B. En el equipo hay sobre todo dos buenos seguidores del equipo verde: el pívot Juan Sanguino y el entrenador ayudante, Mario Segalás, que se alegraron especialmente de los tantos y del 4-0 final. Sanguino hasta se permitió la broma de posar haciendo el clásico gesto de "cuatro" en referencia a los goles marcados.

Serán profesionales del baloncesto, pero en el equipo se respira fútbol. El pique que divide al país entre el Barcelona y el Real Madrid tiene su prolongación en el Cáceres 2016, donde Francis Sánchez, muy blanco, y el propio Segalás protagonizan un sarcástico duelo dialéctico. El alero tiene más socios en la batalla, porque hasta un griego como Gio Dedas --hincha del Paok de Salónica, por otra parte-- se siente madridista. En el bando azulgrana se alinea el catalán Xavi Forcada, aunque las malas lenguas le acusan de hacerse el loco cuando al Barça le va mal, como cuando esta semana fue eliminado de la Liga de Campeones.

Otro duelo es el de la permanencia. Gustavo Aranzana se declara acérrimo seguidor del equipo de su ciudad, el Real Valladolid, y confía en la salvación, sobre todo después de la llegada de Javier Clemente. Uno de sus mejores amigos en el mundo del deporte es el mister del Mallorca, Gregorio Manzano, vecino suyo durante muchos años en la capital pucelana. No se declara ni madridista ni barcelonista, pero hay quien le señala como merengón .

También esperan que sus equipos sigan en Primera el sportinguista Alex González y el propio Francis Sánchez, muy malagueño, pero que confiesa que en la última jornada liguera puede pasarlo muy mal porque el equipo de su ciudad se enfrenta al Madrid.

Mientras tanto, a Carlos Cherry, que habla absolutamente de todo, solamente le importa que su Sevilla se meta en Champions y que gane la Copa del Rey. Esto lo da absolutamente por hecho.

Luego están los que el fútbol les da bastante igual. Como siempre, Lucio Angulo se sale de cualquier estereotipo sobre el deportista y casi prefiere las páginas de cultura de los periódicos. Drew Naymick lo intenta, pero como es lógico prefiere el football originario de su país --llegó a practicarlo, siendo wide receiver o receptor-- y no lo que ellos llaman soccer . Más por libre van Kaspars Berzins y Shawn El gato Taggart. Sus respectivas parejas han viajado hasta Burgos para animarles.

Presencia cacereña

Como los autobuses que había programados se cancelaron por falta de cupo, los aficionados cacereños que viajaron lo hicieron a nivel particular. Fueron unos 60, al igual que el pasado viernes. Entre ellos estaba Juan Francisco Luis, que fue durante unos meses presidente del Cáceres CB en su etapa en LEB (temporada 2003-04). También el entrenador Ñete Bohigas estuvo en la grada.

Con un pabellón prácticamente lleno, el ambiente volvió a ser de lo que podría llamarse hostilidad deportiva : mucha animación y decibelios, pero también corrección al máximo. El caldo de cultivo perfecto que hay que imitar el próximo miércoles en Cáceres.