"Mi asistente había sido atrapado por seguidores locales y firmemente agarrado por el entrenador del equipo local y un grupo de espectadores, con rostro de miedo en su cara me gritaba: El gol está anulado, el gol se anula, anula el gol, con expresión de terror en su cara". Es uno de los párrafos del escalofriante relato de cuatro folios del árbitro del encuentro Los Barrios-Cerro de Reyes, Angel Alvarez Pinardo, en los incidentes posteriores al 2-2.

Relato dramático

El colegiado castellano-manchego explica que en el minuto 96 y tras el segundo gol del Cerro, "los seguidores de Los Barrios saltaron al terreno de juego para agredirnos e intimidarnos. Mi asistente intentó salir corriendo hacia el centro del campo para la señalización del gol pero los jugadores locales lo detuvieron y lo coaccionaron. Instantes después se vio rodeado por seguidores del equipo local que empezaron a golpearlo, propinándole patadas y puñetazos en el estómago. El entrenador local Nicolás Sosa lo cogió y le indicó que anulara el gol. Ante la situación extrema, decidió decir a Sosa para poder salvaguardar su integridad física que anulaba el gol, debido a que la Guardia Civil no podía acceder hasta él".

El árbitro relata cómo fue agredido por jugadores de Los Barrios. "Angel González y dos compañeros más comenzaron a perseguirme por todo el terreno de juego, indicándome que no podía dar por válido el gol e intentando agredirme hasta que una vez recorridos 40 metros, dicho jugador me pisó fuertemente con la intención de hacerme caer al suelo pero pude mantenerme en pie y seguir corriendo hasta que el jugador Rubén Durán consiguió darme un golpe con su brazo sobre mi espalda, pero pude zafarme de él y continuar escapando de estos jugadores".

Posteriormente llegaron las agresiones del público. "Los seguidores del equipo local empezaron a golpearme y zarandearme repetidamente hasta que alguien me golpeó fuertemente en la espalda, me pusieron una bandera del equipo local tapándome toda la visión y en esos 15 segundos los seguidores me golpearon fuertemente, provocándome un arañazo debajo de mi ojo derecho". Alvarez Pinardo argumenta que "la confusión provocó que algunos espectadores se alejaran celebrando que el gol había sido anulado y pudiéramos tener una mínima facilidad para llegar al túnel de vestuarios". Dentro el asistente le dijo que el gol del Cerro era legal, pero que había tenido que mentir para salvaguardar su integridad física.