Cáceres 2016 - 69: Pavel Ermolinski (0), Francis Sánchez (16), Lucio Angulo (7), Drew Naymick (4), Randy Holcomb (5) --cinco inicial-- Gio Dedas (5), Alex González (11), Diego Guaita (7), Xavi Forcada (2), Roger Fornas (12).

Melilla - 80: Jorge Jiménez (10), Jason Robinson (13), Rafa Huertas (15), Jonas Skoldbrand (3), Ondrej Starosta (12) --cinco inicial-- Juan Ruiz (0), Taylor Coppenrath (18), Roberto Morentín (3), Oscar González (6).

Arbitros: Palomo y Luis Bey. Eliminado: Naymick (min. 40).

Marcador por cuartos: 19-20, 37-39, 52-58 y 69-80.

Incidencias: Sexta jornada de la Liga LEB Oro. 2.300 espectadores en el Multiusos Ciudad de Cáceres, una entrada ligeramente inferior a cuando los partidos se disputan los viernes, como es habitual.

El Cáceres 2016 compitió, pero no pudo con un equipo superior en calidad y físico como el Melilla (69-80). El partido, intenso aunque no vistoso, acabó en tangana en el túnel de vestuarios que fue el epílogo de la tensión respirada durante 40 minutos.

Tenía imposible el equipo extremeño prolongar la obra maestra que firmó el miércoles en Lugo, pero al menos dio la cara y luchó al máximo. Ya se puede decir que, ganando o perdiendo, juega a algo. El equipo de la ciudad autónoma, es innegable, está un escalón por encima todavía.

Siempre fueron los locales por detrás y seguramente ese desgaste les pasó factura cuando el choque se decidió. Y contaron con el enorme déficit de que sus dos norteamericanos, Randy Holcomb y Drew Naymick, completaron una actuación por debajo del gris, algo menos grave en el caso del segundo, pero fundamental si se trata de Holcomb. El jugador franquicia solo anotó 5 puntos --uno más que su compatriota-- en 18 minutos y tampoco olió los rebotes (dos). Así resulta difícil competir con los kilos no exentos de calidad de Ondrej Starosta y Taylor Copperanth.

El Cáceres 2016 vivió en el primer cuarto de la aportación de Francis Sánchez, otro que, como Holcomb, roza lo ciclotímico. El alero andaluz se marcó 12 puntos consecutivos en apenas tres minutos y neutralizó la ventaja inicial adquirida por los melillenses (19-20, min. 10). Era un partido rapidísimo, sin apenas faltas, un escenario que fue variando paulatinamente casi siempre en contra de los extremeños.

ALREDEDOR DEL ARBITRAJE Y es que la actuación de Palomo y Luis Bey empezó a soliviantar a partes iguales a hinchada y jugadores cacereños. Ya sin Sánchez en pista, Gio Dedas no fue el tirador insaciable del pasado miércoles y el Melilla volvió a estirarse (24-31, min. 15). Sin embargo, apareció Roger Fornas --que vuelve a parecerse al de la pretemporada-- para enjugar la diferencia y dejar un esperanzador 37-39 al descanso.

Las sensaciones no eran precisamente inmejorables, y cualquier comparación con el último partido resultaba letal, sobre todo ante un equipo duro y experto como el Melilla. Así es que el descuidado inicio del tercer cuarto acabaría costando muy caro. Cuatro minutos tardó el Cáceres 2016 en anotar su primer punto de este periodo y los visitantes se marcharon de nuevo (45-53, min. 28). A esas alturas el norte arbitral estaba ya perdido.

El equipo de Manuel Piti Hurtado siguió haciendo la goma , pero cada vez con menos fe en sí mismo, como si supiese que su destino ya estaba escrito con todo poniéndose en su contra. El regreso de Holcomb a pista después de muchos minutos sentado no resolvió nada más allá de un 2+1 que ponía el 59-62 a seis minutos del final.

Fue la última salva de un Cáceres muy debilitado, cargado de faltas y resignado en cierto modo ante un equipo más potente y que no se permitió distracciones. Rafa Huertas, un ex del último Cáceres CB, se encargó de sentenciar desde la línea de tiros libres. Después llegaron los gestos feos, los insultos y los empujones. Pero eso es otra historia.