La plantilla del Villanovense se despidió ayer con la tradicional foto de plantilla y el último cobro de las nóminas antes de que cada uno de sus integrantes pusiera rumbo al inicio de las vacaciones de verano. Para muchos de los jugadores de este equipo será la última vez que pisen el césped del Romero Cuerda.

Nada tuvo que ver el día de las fotos de despedidas con las del año pasado. Entonces hubo mucho mejor ambiente. Hasta se vio charla del presidente. Ayer solo se organizó el momento de la foto primero de la plantilla, cuerpo técnico y presidente y después de los mismos con miembros de la directiva y el club, aunque no todos. Nada más.

No hubo declaraciones. El único que se dirigió a los medios fue Manolo Sanlúcar, fuera de micro, para desmentir las informaciones que le situaban en el Mérida, algo que le ha molestado bastante al técnico andaluz.

Desde luego no es el ambiente que se esperaría después de haber realizado la mejor temporada de la historia, de haber jugado dos rondas de play off y de clasificarse otra vez para jugar la Copa.

Porque todo está en el aire. La continuidad del técnico de Bornos en el banquillo serón es lo que más difícil está en estos momentos. Pero también lo está el futuro de algunos colaboradores y miembros de la directiva del club, que podría hasta cambiar su estructura para la temporada que viene. El club busca una mayor profesionalización y no todas los miembros que han estado hasta ahora en el Villanovense continuarán el año próximo.

Por otra parte esta la plantilla. Tras una gran temporada muchos de sus futbolistas recibirán ofertas de otros equipos con más dinero y otros proyectos en categorías superiores. Así será difícil retener a algunas de las principales piezas de este Villanovense.

El tiempo corre en contra de los serones, porque el hecho de alargar la temporada un mes más hace que tenga menos tiempo para confeccionar una plantilla que buscará ilusionar otra vez, pero con caras nuevas.