CORTEGADA: Salomé García (8), Sara Gómez (27), Montse Gilabert (21), Amy Syll (8), Alejandra Nogueira (6) --cinco inicial-- Marta Carregal (2), Paloma Valín (0).

AL-QAZERES EXTREMADURA: Tamara Taylor (17), Verónica Sánchez (8), Marieme Cissé (13), Carla Nascimento (5), Julie Forster (12) --cinco inicial-- María Romero (0), Silvia Romero (2), Elena Corrales (3).

MARCADOR POR CUARTOS: 21-17, 30-24 (descanso), 49-42 y 72-60.

ARBITROS: Ríos Marcos y Pérez Freire. Sin eliminadas.

Derrota contra pronóstico la sufrida por Al-Qazeres en su visita a un Cortegada que cotizaba a la baja antes del encuentro (72-60). Pero lo cierto es que el equipo extremeño se olvidó en este desplazamiento alguno de sus buenos hábitos que le habían mantenido invicto tras las ocho primeras jornadas de liga. Sigue siendo líder, eso sí.

La sensación de desconexión generalizada quedó manifiesta en los primeros minutos. Las gallegas, con un equipo mucho más limitado, fueron capaces de exprimir al máximo sus posibilidades. Todo ello amparado por las facilidades concedidas por las jugadoras de Jacinto Carbajal. La dinámica de errores que acompañó durante todo el partido a las cacereñas se centro en dos aspectos fundamentales: El desacierto desde la larga distancia con 4/25 en tiros de tres puntos y la falta de dureza debajo de ambos tableros. Solo Tamara Taylor parecía aguantar el tipo en la primera mitad.

En el segundo cuarto se vieron los peores minutos. Las pérdidas de balón se multiplicaron en ambos bandos y nadie era capaz de encadenar dos buenas acciones ofensivas.

Con seis puntos por debajo empezó el Al-Qazeres la segunda parte (30-24). Y Monste Gilabert y Sara Gómez se pusieron a dirigir con mano maestra las acciones ofensivas de su equipo.

Con 49-42 arrancó el último periodo. Todo hacía indicar que el desgaste acumulado por la escasa rotación del Cortegada terminaría por hacer mella en un equipo que solo había ganado un partido. Sin embargo no fue así. Las locales aún tuvieron fuerzas para ganar también el último parcial, al igual que lo habían hecho en los anteriores enfrente de un Al-Qazeres incapaz de darle la vuelta a la situación.