No por anunciada dejó de causar un fortísimo impacto en el deporte español. La muerte de Francisco Fernández Ochoa sobrevino ayer a las siete de la mañana en su domicilio de Cercedilla, donde esperó rodeado de su familia el fatal desenlace. El único oro español en unos Juegos Olímpicos de Invierno falleció a los 56 años, víctima de un cáncer linfático que le fue diagnosticado hace más de un año.

Hace apenas 10 días había sido homenajeado en la localidad de la sierra madrileña donde vivió casi toda su vida, después de haber nacido en Madrid en 1950. En la plaza del pueblo, frente al ayuntamiento, se alza desde el pasado 28 de octubre una estatua con su figura brazos en alto, en recuerdo de la medalla que logró en el eslalon especial de Sapporo-72. Ayer amaneció con su base cubierta de flores.

CONTENTO Y CANSADO Allí estuvo él en silla de ruedas, acompañado por su mujer, sus tres hijos, su pequeño nieto y sus siete hermanos. También por un médico y un ATS, en previsión de algún problema. "No pensaba que iba a ser capaz. Sacó fuerzas de no sé dónde. Quedó muy contento, pero también muy cansado", relataba ayer su viuda, María Jesús, poco después del mediodía, a las puertas de su vivienda, donde había quedado instalada la capilla ardiente unas horas antes. Paquito será enterrado hoy, al mediodía, en el cementerio municipal de la localidad serrana.

Del brazo de Blanca Fernández Ochoa, Chusa hizo gala ante los periodistas de una gran entereza para agradecer a todo el mundo el interés y el respeto mostrado hacia su marido. Con anterioridad, Juanma y Luis, dos de los hermanos del fallecido, habían sacado un gran termo con caldo para los informadores congregados allí. "Era consciente de lo que le venía. Las últimas fuerzas que tuvo las empleó en ese homenaje. Pensaba primero en llegar a ese acto. Después quería llegar al aniversario de nuestro padre, pero no ha podido. Se ha llevado el resquemor de no haber podido disfrutar más de su nieto... Se bebía la vida a sorbos. Disfrutaba de cualquier cosa. Lo ha hecho hasta el último momento", dijo Juanma.

VISITA DEL PRINCIPE Cientos de personas desfilaron ante el cadáver de Paquito durante todo el día. Entre ellas, el Príncipe de Asturias, que visitó a la familia poco después de las cinco de la tarde. "Siento de verdad esta pérdida, que es una pérdida humana y una gran pérdida para el deporte español. Ha sido una gran figura, un gran amigo y un ejemplo para todos. He venido simplemente a darles un abrazo en nombre de la Familia Real", declaró Felipe de Borbón.

Antes habían pasado por la capilla ardiente personas como Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, y su antecesor en el cargo, Juan Antonio Gómez Angulo. El primero confirmó que Cercedilla albergará el museo del esquí Fernández Ochoa, una de las ilusiones del campeón olímpico. Desveló también que hoy acudirá al funeral y al entierro Juan Antonio Samaranch. El expresidente del COI hizo llegar ayer sus condolencias a la familia y recordó que el oro de Paquito en Sapporo fue la primera medalla que él entregó como miembro del COI.