Adolfo Muñoz confirmó ayer lo que desde el domingo parecía un secreto a voces. El técnico de Pueblonuevo del Guadiana no seguirá en el banquillo del Cacereño la próxima temporada. El preparador habla de «temas personales» como factor clave en una decisión que, reconoce, le ha costado mucho tomar. La eliminación el domingo ante el Beasain fue un duro palo para un entrenador que se habían marcado el ascenso como meta final y, sin duda, es otro de los puntos importantes en su no continuidad. También se va el que ha sido director general, Rafael Rojas, aunque sus funciones a lo largo de la temporada han sido muchas más. Ambos lo hacen agradecidos con el club y su afición.

«Agradecer el compromiso y esfuerzo de mis jugadores y cuerpo técnico, de Maynar, Asenjo, Gil, de nuestro delegado Carlos y, cómo no, de Rafael Rojas por su gran trabajo a la sombra a pesar de las dificultades», escribió Adolfo en su mensaje de despedida.

«Nunca antes había sentido nada parecido después de no alcanzar un objetivo», agregó Rojas.

El Cacereño 2017-2018 deberá empezar por lo tanto casi desde cero nuevamente. Sin entrenador ni estructura, esa será la primera tarea del máximo dirigente, Antonio Martínez Doblas, antes de pensar en la planificación de la plantilla para el próximo curso, donde ascender volverá a ser el objetivo.