Adolfo Muñoz (Pueblonuevo del Guadiana, 1 de diciembre de 1961) vuelve al Cacereño. Justamente un año después de despedirse tras el fiasco de la fase de ascenso, el técnico retorna al club verde con un objetivo, resumido en su propia expresión: «quitarme la espinita».

Esa ‘espinita’ a la que alude el entrenador es bastante evidente: a pesar de hacer al CPC campeón en la temporada 2016-2017, por delante del gran favorito, el Badajoz, el equipo no logró subir, tras los tropiezos ante Deportivo B y Beasaín. Este año, su objetivo es diáfano: conseguir ascender a la categoría de bronce en el año del centenario.

Tras barajar diferentes nombres, como los de Juan Marrero (ayer se hizo oficial su fichaje por el Córdoba B), Luis Puebla, el hombre fuerte de la entidad mientras no se demuestre lo contrario, se ha decantado por Muñoz, un hombre respetado e incluso deseado por la mayoría de la afición verde, que ha sufrido en sus carnes este año los vaivenes con los técnicos, especialmente con Luis Américo Scatolaro y Ximo Mas Davó. Con Adolfo, el Cacereño gana en seriedad y experiencia, además de conocimiento del grupo.

El nuevo-viejo técnico, que será presentado mañana en Cáceres, manifestó que el reto es importante, y en sus primeras manifestaciones a este diario apuntó que también ha sido clave en su vuelta «la confianza que ha puesto en mí Luis Puebla».

Aunque no es oficial, previsiblemente el ayudante de Adolfo Muñoz será Santi Polo, al que ya tuvo en Arroyo en Segunda B y en la temporada anterior en el CPC. Hombre de su plena confianza, el veterano futbolista había pensado en seguir como jugador, pero el hecho de que se pueda integrar en el cuerpo técnico de Adolfo puede ser un gran revulsivo para él, por lo que está a punto de colgar las botas profesionalmente. Polo, de 38 años, también tiene experiencia como técnico, ya que en su último año en el Arroyo compatibilizó su condición de futbolista con la de técnico del filial del club. En cualquier caso, él dijo que «nadie me ha comunicado nada hasta ahora». Habrá que ver ahora si hombres de su confianza, como el preparador físico Juan Pedro Martín, vuelve a la disciplina verde también. El entrenador de porteros será Daniel Castro, salvo sorpresa.

Mientras tanto, puede ser el momento de la vuelta de futbolistas fetiche de Adolfo Muñoz, como Carlos García o Asiel, aunque nadie duda de un dato evidente: si el técnico de Pueblonuevo vuelve, lo hará con todas las consecuencias, con la seguridad de poder armar un buen equipo que aspire a todo.