Algo más de 40 minutos de rueda de prensa en un establecimiento hostelero cacereño por excelencia, la cafetería Aquario. La presentación de la vuelta de Adolfo Muñoz al CPC creó tanta expectación como tensiones puntuales. El técnico, de excelente humor, indisimuladamente relajado y con un semblante cargado de optimismo, no obvió ni un solo tema, recibió el plácet de aficionados y manifestó cuál es su reto, pendiente de hace 12 meses: subir a la Segunda División B, circunstancia que no se dio en el año 2017 en una desdichada fase de ascenso.

«Yo soy agradecido y aquí se me ha tratado muy bien». El entrenador de Pueblonuevo no olvida el «cariño» de los seguidores verdes, antes, durante y después de su primera experiencia como técnico en la ciudad (en los 90 llegó como técnico). Volver ha sido consecuencia directa de este clima favorable, al mismo tiempo que de la «confianza» que le han dado desde el club, especialmente por parte de Luis Puebla, el director general de la entidad. También por parte del empresario chileno-mexicano Álvaro López, de IQ Finanzas, con el que había hablado durante los últimos días, según desveló él mismo.

«No quiero hablar de nombres», expresó. Dos horas después ya se conoció la primera baja: la del meta David Jiménez. El portero moralejano tenía un año más de contrato, pero no seguirá a petición propia por marcarse en lo sucesivo otros retos. Quizá en ello pudiera tener que ver el hecho de que se pedirá dedicación exclusiva para la próxima temporada, aunque en cualquier caso, Jiménez se va agradecido al club, según expresó él mismo en una nota pública.

Aunque no se comentara, y tal como ha publicado este diario, hay quienes sí tienen virtualmente reconocida su continuidad por diferentes razones: el otro meta, Ángel Bernabé; los defensas Carlao, Rubén, Keko y Alberto Delgado; los centrocampistas Marcos Torres, Luismi y Elías Molina y se pretende continuar con los extremos David López y Fran Viñuela, así como con el delantero Alex García.

En realidad, Muñoz habló de que «todos» podrían interesar en un grado u otro, y que ahora todo dependerá de diferentes factores, incluidos también los defensas Juanjo Polo y Juanqui (ambos con trabajo en Cáceres) o los delanteros Kevin y Javi Navarro.

«A mí me gusta consensuar decisiones, y aquí va a participar más gente en los fichajes y demás». El técnico se refería a Puebla y a los dos miembros del cuerpo técnico asegurados: el que será su ayudante, el ya exjugador Santi Polo, y el entrenador de porteros, Daniel de Castro. Queda pendiente la contratación de un preparador físico.

SIN EXCUSAS / Cuestionado sobre los motivos por los que no aceptó seguir la pasada temporada, dijo que perder una fase de ascenso supone una «desilusión muy grande. En este momento no te apetece ni seguir entrenando». Adolfo Muñoz dijo que «no es por poner excusas, pero no subimos por varios factores y llegamos muy justos a la fase decisiva». Incluso dijo que le parecía complicado decir si hubiera cambiado algunas de sus decisiones.

De lo que sí se congratularon tanto Muñoz como Puebla fue de que, muchos años después, el Cacereño podrá hacer un proyecto en tiempo y forma más o menos ‘normal’ y no como en temporadas anteriores, en las que la premura fue el denominador común. El equipo puede empezar a trabajar a mediados de julio. Será el año del centenario del club, y sobre el papel la mejor manera de celebrarlo sería consiguiendo el ansiado ascenso. En eso piensa Adolfo. En eso piensan todos los que le recibieron ayer.