Un nutrido grupo de aficionados pacenses tomaron ayer Villanueva de la Serena desde tempranas horas de la mañana. Lo que desconocía la marea albinegra es que iban a tener el honor de reestrenar en el estadio municipal Romero Cuerda los asientos que fueron testigos mudos de buenas tardes de fútbol en el mismísimo Santiago Bernabéu.

Y es que, ayer las gradas del estadio villanovense lucían su nueva cara, después de que el ayuntamiento haya procedido a la instalación de cerca de 1.650 asientos. Por un lado los de la tribuna central, donde estuvieron los aficionados y socios serones, nuevos y de colores verdes y blancos. No obstante, éstos ya fueron estrenados el día del choque ante el Universidad de Las Palmas.

Numerosas peñas

Por otro, los sillínes de los laterales de tribuna y los de la grada de preferencia, que es donde se ubicó la afición visitante, son de colores azules y cedidos por el Real Madrid; y éstos fueron los que volvieron a reestrenar los integrantes de la Peña La Corchuela , la Peña Perdiz , el Infierno Pacense y Quilombo Pacense que, con sus pancartas, quisieron hacer su acto de presencia particular en Villanueva.

Lo cierto es que la parroquia de la capital no dejó de animar a su equipo en la primera parte, con bombo incluído para meter más presión. Tal era la algarabía, que éstos se acabaron creyendo su condición de local al grito de ¡Que bote el Vivero! .

Los gestos más feos vinieron por parte del extremo serón Rubén Quintero, que en más de una ocasión se dirigió a los aficionados visitantes, y por parte de algunos directivos blanquinegros que estaban en el palco, que también hicieron demasiados aspavientos tras pitarse el penalti a su favor. Estos detalles, evitables a todas luces, no hicieron si no calentar un poco más el derbi y encendieron las iras de ambas aficiones.