La expedición del Valencia aterrizó ayer en el aeropuerto de Manises con la Copa del Rey conquistada la noche del miércoles ante el Getafe en Madrid y, en la misma pista de aterrizaje, los futbolistas ascendieron al autobús sin la más mínima celebración con el centenar de aficionados que aguardaban a su llegada.

El avión llegó puntual, unos minutos antes de las 12 del mediodía, y en la pista tan sólo se encontraban medios de comunicación, agentes de los cuerpos de seguridad del Estado, además de algunos de los operarios del aeródromo valenciano, que aprovecharon para hacerse unas fotos con los jugadores.

El técnico holandés Ronald Koeman fue el primero en descender del avión seguido de su cuerpo técnico y del holandés Hedwidges Maduro, Juan Luis Mora y Juan Manuel Mata, que fueron los primeros jugadores en aparecer.

Rubén Baraja, capitán del equipo, fue el último en bajar del avión y con el trofeo en su poder, aunque una vez en tierra fue ayudado por el utillero Bernardo España ´Españeta´ para transportarlo hasta el autobús.

A la salida del autobús de la pista, un centenar de aficionados, ataviados con camisetas, bufandas y banderas, corearon el nombre de su equipo y cantaron el tradicional ´Si, sí, la Copa ya está aquí´ y el ya habitual en Valencia ´Koeman vete ya´, aunque en esta ocasión adornado con un ´gracias por todo´.

DISGUSTO DEL TECNICO En este sentido, el entrenador del Valencia, afirmó que no le agradaron los gritos y añadió que estará en casa por si alguien del club quiere decirle algo. Sobre su continuidad o marcha del Valencia, dijo que en el fútbol a veces hay rumores que, en ocasiones, pasan a ser verdades, aunque hasta el momento, nadie le ha dicho nada al respecto. "Yo no puedo entrar en ese debate. No creo que una decisión de este tipo se pueda tomar por ganar o perder una final, aunque, en cualquier caso, es algo que no está en mis manos", indicó.

Como gesto de consideración a los aficionados, el autobús dio una vuelta a la rotonda de salida de la pista de aterrizaje del aeropuerto para que los seguidores pudieran saludar a los integrantes de la expedición.

Tras el partido del Vicente Calderón, la plantilla del Valencia decidió el aplazamiento de los festejos por el título de Copa debido al mal momento que atraviesa el conjunto de Mestalla en Liga, situado a cinco puntos del descenso a Segunda División.

Esta situación motivó que Baraja comentase que hasta que el equipo no alcance la tranquilidad no habría festejos.

Así, el Valencia aplaza las visitas al Ayuntamiento y a la Generalitat, el recorrido por la ciudad en autobús o la ofrenda de la Copa a la Virgen de los Desamparados, patrona de la ciudad.