Javier Solanas, facultativo de la Unidad de Medicina Deportiva de un hospital catalán, se ha convertido en uno de los primeros médicos inhabilitados por la Agencia Española Antidopaje (AEA), que ayer tomó la decisión de prescindir de sus servicios al conocerse que, de un lado, estaba investigado en la operación Galgo y, de otro, es el asesor de José Luis Blanco, fondista catalán, que perderá la medalla de bronce conquistada en los 3.000 obstáculos, en el Europeo de Barcelona, al haber dado positivo por EPO en un control efectuado el 18 de julio del 2010.

Solanas era uno de los médicos de confianza de la Federación Española de Atletismo y se encargaba de efectuar los controles antidopaje en Cataluña. De esta función fue apartado ayer por la dirección de la AEA.

Según se desprende de la propia operación Galgo --en la que Blanco solo sería afectado indirecto, puesto que habría sido investigado por la Guardia Civil a raíz de hacerse público su positivo por si tenía algo que ver con la trama-- Solanas era el asesor que recomendaba al atleta sobre qué productos daban positivos y sobre cómo burlar los controles.

Se da el caso de que Blanco adquirió presuntamente la EPO con la que dio positivo, desaconsejado por Solanas. Lo hizo a través de un intermediario, conocedor y consejero de atletas de origen africano. La hormona prohibida había sido comprada en China a través de internet.