Dicen que los asturianos y los extremeños tienen un carácter similar. Suelen ser honestos, trabajadores y valientes ante las adversidades. Aitor Fernández, central del Extremadura llegado en el mercado invernal, practica con el ejemplo. El zaguero sufrió el pasado domingo ante el Melilla un durísimo golpe en la cabeza tras chocar con el delantero David Cubillas. Fue el peor parado, teniendo que abandonar el terreno de juego y siendo trasladado al hospital Tierra de Barros, donde le pusieron trece grapas en la cabeza y donde conoció por teléfono la derrota de su equipo. Le fue diagnosticado un traumatismo craneoncefálico que le tuvo varias horas en observación, aunque afortunadamente recibió el alta para dormir en casa. Para cualquiera, un golpe que le haría replantearse poder jugar en unas semanas. Pero no para Aitor. «Yo quiero entrenar cuanto antes. Estoy mejor que el domingo, aunque reconozco que aún tengo ligeros mareos. El médico me ha dicho que simplemente me tengo que curar los puntos de sutura en unos siete u ocho días y que entrene dependiendo de mi decisión».

El equipo volvió ayer a los entrenamientos y los fisios del Extremadura tuvieron que convencer al central para que no entrenara al mismo ritmo. Jugará en Granada. Lo confirma Sabas. Y él mismo, que está deseando sacarse la espina del pasado domingo: «fue una pena porque teníamos la sensación de tener el partido controlado y en la primera que tuvieron la marcaron. Es una pena porque corta la racha, pero nos hará más fuertes para los partidos que vienen», dice el asturiano.

Aitor dice estar muy agradecido por la respuesta de la gente. «Ellos tienen que trabajar al día siguiente y aún así se hacen cientos de kilómetros cada domingo. Quiero que sepan que eso lo vemos y nos vanos a dejar la vida por honrar los colores que tanto ama esta gente. Que no tengan dudas», confiesa.

El club sigue organizando el viaje del próximo domingo hasta la localidad granadina de Armilla. De momento son cinco los autocares que partirán temprano desde Almendralejo y, posiblemente, más de 200 personas en coches particulares. Se calcula que podría haber en torno a 500 aficionados azulgranas en la ciudad deportiva de la Diputación granadina.

Josu Currais, que vio la quinta amarilla, se perderá el partido, mientras que Sergio está pendiente de unas molestias en una de sus rodillas.