El Al-Qazeres 2018-2019 ya está dando sus primeros pasos, al menos en la puesta en marcha efectiva de las primeras decisiones. A la confirmación de Jesús Sánchez como sustituto en el banquillo del que ha sido el entrenador desde los inicios del club, Jacinto Carbajal, se unió ayer el anuncio del nombre del segundo técnico, Tomás Bravo, y la de las primeras renovaciones oficiales: las de las hermanas placentinas Silvia y María Romero, que continuarán en la entidad al menos una campaña más.

Pero el proyecto apunta mucho más allá de lo que apunta la oficialidad. La idea inicial era que no haya estadounidenses (sin descartar que finalmente venga alguna) y que se invierta en nacionales y comunitarias de prestigio para que el equipo firme una gran temporada, incluso aspirando a puestos altos. Pura teoría dentro de la modestia de un club que quiere dar un paso hacia adelante.

Las redes están puestas, también en que siga la base portuguesa Carla Nascimento y, previsiblemente, la escolta local Elena Corrales. Del mismo modo, se pretende que siga Joy Brown Adams, que tan buen resultado ha dado este año. Menciones aparte constituyen los casos de la ala-pívot Miriam Forasté, que podría continuar por expreso deseo del técnico; la duda de la pívot Esther Montenegro y la más que previsible marcha de la base Mariona Martín. Ninguna de estas decisiones son del todo firmes, e incluso las ideas han podido cambiar en los últimos días.

La mala experiencia con estadounidenses este año, con jugadoras de muy buen nivel pero que no se han adaptado (excepto Brooque Williams, la última en llegar) ha hecho que el club que preside Alfonso Sánchez haya planteado cambiar su filosofía. Hay avanzadas gestiones con previsibles fichajes de perfil alto en la Liga Femenina.

Mientras, el cacereño Tomás Bravo ha sido confirmado como segundo de Jesús Sánchez. Cacereño de 44 años, ha estado ligado al baloncesto masculino durante toda su carrera, en la que se incluye un ascenso a la Liga EBA con el Moraleja.

Bravo, que ha estado también vinculado a las categorías inferiores del extinto Cáceres CB, actualmente ejerce como profesor del curso de entrenadores de la Federación Extremeña de Baloncesto, además de haberse integrado en años anteriores en los cuerpos técnicos de las selecciones alevín, infantil y cadete masculina durante casi 10 temporadas con la propia territorial.

En el caso de las dos primeras renovaciones, Silvia Romero, pívot de 30 años, cumple su cuarta temporada en la entidad, en tanto que María, escolta de 18, se confía en ella para que ‘explote’ definitivamente este año.