Con el amargo sabor de la derrota a flor de piel, aunque con la certeza de que una cura de humildad siempre viene bien, el Extremadura realizó en la mañana de ayer la habitual sesión de trabajo postpartido. A pesar de que Aitor Santos fue duda hasta última hora el pasado domingo, el único que no pudo trabajar de cuantos disputaron el encuentro fue Alaín. Un golpe en una pierna, que le ha propiciado un bocadillo hizo que se quedase al margen del grupo mientras sus compañeros se repartían en grupos. Con ellos se pretendía equilibrar esfuerzos, como es norma, y mientras unos realizaban una suave sesión de recuperación, los que más minutos habían jugado, los demás se empleaban mucho más a fondo.

La plantilla descansa hoy para volver al trabajo, además en sesión doble de mañana y tarde, mañana miércoles. Y todo ello para comenzar a preparar el próximo partido ante el Aguilas también en Almendralejo.