Alejandro Blanco se convirtió ayer en decimoséptimo presidente del Comité Olímpico Español (COE) tras lograr el respaldo mayoritario de la asamblea, que se pronunció a favor de su proyecto con 101 votos frente a los 84 de la otra candidata, Mercedes Coghen.

Los 17 votos con que Blanco aventajó a Coghen confirman los pronósticos que le situaron como favorito al inicio del proceso electoral en el que Coghen ha logrado ajustar más de lo esperado la votación, que tuvo dos abstenciones, computó 188 votos y tres sufragios en blanco, al margen de los ausentes, entre ellos Juan Antonio Samaranch y Miguel Indurain.

ADIOS DE ECHEVARRIA Antes de la alocución de los candidatos frente a sus posibles votantes, el presidente saliente, José María Echevarría, subió al estrado para despedirse orgulloso del legado que deja en el organismo que ha presidido desde el 2002 y en el que ejerció como jefe de misión, tesorero y vicepresidente.

El nombre del ganador se conoció hacia el mediodía y ninguno de los dos pudo ocultar la emoción. Mercedes Coghen porque se sintió "muy apoyada" y Alejandro Blanco porque vio culminado un empeño que le hace plenamente feliz.

"Hasta la próxima porque quizá no sea la última", se despidió Coghen de la asamblea que, en una proporción de 60-40, le dio su voto, pero el voto ponderado, que concede cuatro votos a las federaciones olímpicas y al presidente --que sí voto-- y sólo uno al resto de miembros, llevó a la presidencia a su rival. Las muestras de deportividad se sucedieron a continuación fuera de la sala, donde la mayoría de los presentes hacían cuentas para interpretar el resultado de las urnas, que legitima a Blanco y a su equipo, en el que la vicepresidencia primera recaerá en el abogado Luis María Cazorla como sustituto de Iñaki Urdangarín. Su despedida se considera provisional, ya que nadie le descarta como futuro presidente.