Corrieron las chicas por el circuito que hoy acoge la prueba masculina en ruta del Mundial de ciclismo 2008 y la RAI no cesó de realizar entrevistas durante la prueba. Excorredores, técnicos y aficionados italianos. A todos la misma pregunta. "¿Quién ganará mañana?" hoy para el lector. Y la respuesta siempre era la misma, idéntica. Tres nombres y tres favoritos. Uno, Paolo Bettini, que hoy aspira a un tercer título consecutivo, el ídolo local que ayer anunció su retirada. Pero... ¡ah! Surgieron enseguida dos nombres, dos peligros, dos demonios para los tifosi. Oscar Freire y Alejandro Valverde. Uno, el cántabro, el tricampeón del mundo, es el jefe de la selección española. El otro, murciano, el grande que siempre sufre un día de despiste, es el tapado. Dos buenas opciones. Y si encima en el conjunto español se añaden los nombres de Alberto Contador y Samuel Sánchez, entonces es normal que Italia se preocupe... y hasta tiemble.

--¿Quién es el líder del equipo español ¿Valverde o Freire?--Freire es el jefe del Mundial, pero yo puedo tener mis opciones.

--Imaginemos que llegan los dos pletóricos a los últimos kilómetros. ¿Se sacrificará por Freire?--Si estamos un grupo de 50 corredores, por ejemplo, está claro que debo lanzar a Freire puesto que es más rápido que yo y el gran favorito en estas condiciones. Es oro seguro. Pero si llegamos diez... ¡Uf!, qué difícil decisión. Si me da tiempo, miraré la cara de Freire y tendré que decidir en segundos si arranco o no. Dependerá de la situación y, sobre todo, de que Bettini se encuentre entre nosotros. Pienso que yo soy más rápido, aunque él me supera en el arte de la pillería. Es una pena que se retire.

--Ha ganado un montón de clásicas, todo tipo de carreras, es número uno en la clasificación mundial, pero, a diferencia de Alberto Contador, Carlos Sastre, Oscar Freire, Samuel Sánchez y Oscar Pereiro, ¿no le parece que le falta un título de postín?--Me falta solo centrarme para una gran vuelta. Por eso, le voy a pedir a Eusebio Unzué, mi director, que el año que viene me dedique en exclusiva a preparar el Tour y solo el Tour. He estado a punto de ganar la Vuelta en una ocasión y en el Mundial he conseguido tres medallas. Solo me ha faltado un poquito de nada, en Madrid por ejemplo, para ser el campeón. El jersey arcoíris me ilusiona muchísimo. En Pekín, también, acabé con la sensación de que tenía más fuerzas de las que empleé, aunque el oro de Samuel me reconfortó muchísimo.

--En pruebas como el Mundial nunca pierde la concentración. En el Tour, acuérdese del Tourmalet, o en la Vuelta con su despiste de Cantabria, siempre hay un día que pierde los papeles.--Es lo que debo corregir. Me gustaría quitarme esta fama. El error de la Vuelta fue imperdonable y me costó el podio. Aun así demostré algo de lo que estoy convencido. Soy un ciclista para carreras de tres semanas, ya que pese a este fallo llegué a Madrid en quinta posición. En la Vuelta también he sido segundo, tercero y cuarto y en el Tour, sexto y noveno. Me distraigo porque afronto demasiados objetivos a lo largo de la temporada.

--Sus compañeros cuentan que el problema que tiene es que como nunca acostumbra a sufrir, el día en que nota que le fallan las piernas se agobia y se descuelga.--Yo sufro como los demás. ¡Faltaría! Pero sí. Reconozco que debo mentalizarme más para superar el momento malo que acecha a cualquier corredor.

--¿Se siente más a gusto con el papel de tapado que afronta ahora que con el de gran favorito como sucedió en los Juegos Olímpicos?--En carreras como el Mundial siempre figuro entre los favoritos, pero en esta ocasión, como el circuito está hecho para Freire, yo me siento más a gusto figurando en un segundo papel que me dará más libertad de movimientos.

--La llegada de Lance Armstrong al Astana ha abierto una crisis y ha situado a Contador en el mercado. ¿Estaría dispuesto a compartir equipo con él?--Para mí no es ningún problema. Yo correría igual. Quizá tendría más problema Contador conmigo que yo con él.