AUSTRIA 0: Macho; Garics, Stranzl, Hiden (Leitgeb, m.55), Pogatetz; Aufhausel (Säumel, m.62), Ivanschitz, Fuchs, Korkmaz; Harnik (Kienast, m.66) y Hoffer.

ALEMANIA 1: Lehmann; Friedrich, Mertesacker, Metzelder, Lahm; Fritz (Borowski, m.90+2), Frings, Ballack, Podolski (Neuville, m.83); Mario Gómez (Hitzlsperger, m.60) y Klose.

GOL: 0-1: m.49: Ballack.

ARBITRO: Manuel Enrique Mejuto González (España). Expulsó a los dos seleccionadores, por protestar (minuto 41). Mostró cartulina amarilla a los austríacos Stranzl (m.13), Hoffer (m.30) e Ivanschitz (m.48).

Un destello de Michael Ballack, un zapatazo desde 25 metros que colocó en la escuadra fue suficiente para meter a Alemania en cuartos y despedir de la Eurocopa con dignidad a Austria, la anfitriona que llegó hasta la última jornada de la fase de grupos con una esperanza basada en el pasado.

Los tres primeros cuartos de hora pasaron entre pelotazos, faltas técnicas y escaso juego.

Alemania tuvo, sobre todo, dudas. La derrota contra Croacia hizo mucho daño y ni la terapia de grupo a la que se sometió el equipo tras ese revés le ha sacado del embrollo.

Al contrario, con Michael Ballack rodeado en todo momento de contrarios, no hubo quien asumiera la dirección y copió el juego del rival. Mucho balón largo y poca precisión.

Pudo, sin embargo, resolver el encuentro a los 3 minutos en una buena internada de Mirolav Klose que desperdició Mario Gómez. Solo dentro del área pequeña y a puerta vacía, el atacante del Stuttgart dio el balón mordido y lo pudo sacar con la coronilla Gyorgy Garics, bajo palos.

Ahí, se acabó el arsenal alemán, en la primera mitad, ya que no volvió a asustar a Jürgen Macho más que con un disparo de Lukas Podolski (m.23), quien terminó desquiciado con las faltas tácticas austríacas en el centro del campo.

Austria no mostró mucho más, porque tampoco tiene mucho más que arrojo, lo que le sirve para forzar algunos saques de esquina que son saludados desde la grada como si de penaltis se tratasen.

Una caída de Erwin Hoffer ante Christoph Metzelder, un disparo lejano de Rene Aufhauser y otro remate de cabeza forzado de Christian Fuchs fueron todo su argumento para alterar el pulso de la afición local.

Sin mucho ritmo, con muchas faltas y menos ocasiones, fue el español Manuel Mejuto González el que decidió animar la fiesta y expulsó a ambos técnicos antes del descanso, después de que estos se enzarzasen en una discusión con el cuarto árbitro de por medio.

APARECE BALLACK Y sin entrenadores en el banquillo, la favorecida fue Alemania y, sobre todo, Ballack, que solventó la disputa al comienzo del segundo tiempo, con un gran golpe franco desde 25 metros que envió a la escuadra de Macho.

Ahí se acabó el morbo y gran parte de la emoción, porque con el marcador a favor la selección germana ya no se iba a dejar sorprender, ni Austria estaba en condiciones de ponerle en demasiados aprietos.

Los anfitriones no lograron más que seguir sumando saques de esquina, en busca de una acción afortunada para la esperanza que no llegó, porque ni Viena es Córdoba, ni Hoffer Hansi Krankl, pero Alemania, casi siempre es Alemania.