Inaudito. El pasado fin de semana tuvo lugar un hecho extravagante, extraordinario, estrafalario... Muchos niños de Cáceres se quedaron sin competir con sus equipos merced al boicot planteado desde la casi totalidad de clubs de fútbol base hacia la, según ellos, "prepotente actitud" del Club Deportivo Diocesano, a quien acusan de "robarles con engaños" a sus mejores futbolistas.

La rocambolesca situación devino en la firma de un acuerdo por parte de nueve clubs (Veracruz, San Francisco, Arapiles, Nuevo Cáceres, Estudiantes Nazaret, Estrella Roja, Vía de la Plata, Deportistas contra la Droga y Aguas Vivas), todos los que trabajan futbolísticamente en Cáceres con las categorías iniciáticas --a excepción de la Sagrada Cena, según los firmantes por "no contar éste con equipos en alevines y benjamines" y por "tener vínculos deportivos con el Diocesano"-- para no disputar sus encuentros con los equipos del colegio de la barriada de Pinilla.

El desenlace, esperpéntico: los niños del Diocesano viendo como sus rivales no se presentaban, mientras que el resto de los partidos se desarrollaban con normalidad.

El origen, lo que ha desencadenado el desencuentro, viene de lejos. Los que han promovido la medida acusan al Diocesano de "prepotencia", de "engañar a los niños diciéndoles que son un filial del Atlético de Madrid", de "calentar la cabeza a los padres", de "faltar el respeto al resto de clubs", de "tratarnos como si fuéramos los parientes pobres" y algunas tropelías más.

Gerardo Hierro, presidente del club damnificado por el plante, no da crédito. "Desde el Diocesano no se llama a ningún niño; son los padres los que quieren que jueguen aquí. Tenemos incluso a hijos de directivos de otros clubs", apunta. Y pone el acento en que "no hemos robado ningún niño a otro equipo, pero el trasvase de jugadores ha existido siempre".

El jueves están convocados todos los implicados en la Federación Extremeña de Fútbol. Todos quieren que se ponga fin al desbarajuste. Hierro, mientras, lanza un mensaje de concordia: "No debe haber vencedores ni vencidos. Solo deben ganar los niños".