La imagen que ilustra este reportaje tiene una historia de lo más graciosa. Al final del partido del pasado miércoles entre Cáceres 2016 y León, Carlos Cherry le arrebató la cámara a Francis Villegas, el fotógrafo de este diario, y pidió a sus compañeros que formasen para inmortalizar el recuerdo. En otras ocasiones habían hecho algo similar, pero no con Cherry siendo fotógrafo y apareciendo al mismo tiempo en la imagen. Las caras de todos son de asombro y de indisimulada euforia.

El base andaluz es el gran animador de un vestuario que destila buen ambiente por los cuatro costados, una de las claves para que el Cáceres lleve su mejor temporada en LEB Oro a estas alturas (10 victorias y 5 derrotas), contando las dos posteriores al descenso de la ACB aún bajo el nombre del extinto club.

Desde el principio Gustavo Aranzana quiso formar un vestuario en el que el núcleo duro estuviese formado por nacionales y que los americanos que llegasen estuviesen dispuestos a integrarse. Así fue. Nueve de los trece jugadores que actualmente tiene el equipo en nómina son españoles, buena parte de ellos con enorme experiencia en la obligada convivencia en entrenamientos y viajes.

El técnico considera que, aparte evidentemente de lo táctico y del trabajo diario, la llave del éxito consiste en que el entendimiento reine entre profesionales que deben compartir muchas horas de sus vidas.

Cherry y los demás roles

Cherry pone la gracia, bien secundado por Francis Sánchez. Los piques se suelen producir por motivos futbolísticos y Aranzana también media en ellos. El líder silencioso es Lucio Angulo, siempre con una palabra exacta y una broma irónica preparada. Juan Sanguino es la sensatez y el hombre que siempre está dispuesto a dar un consejo sobre Cáceres a los recién llegados. Ryan Humphrey, Jelani McCoy y Jeff Xavier se apoyan mutuamente como compatriotas que son, pero no viven al margen del grupo de nacionales, como ocurre en tantas ocasiones. Los jóvenes alucinan .

Ahora queda volver a ganar fuera, una misión para la que en el vestuario ya se han conjurado después de cuatro derrotas consecutivas que han escocido, y mucho. Después de tres días de descanso navideño, el equipo regresará hoy a los entrenamientos con la vista puesta en el choque del miércoles en la pista del Tarragona.