"Mal menor". Así reaccionó Mario Carrizosa, jugador del Cacereño, tras conocer la sanción de un partido --podrían haber sido hasta tres-- por ver la roja el domingo durante el encuentro ante el Pontevedra por "golpear con el puño en el pecho de un rival sin estar el balón en juego". Aunque, a renglón seguido, matizó que "la expulsión no fue justa", pues aseguró que no hizo nada que no hiciesen los demás.

"Yo solo fui a separar, me dieron un golpe y yo di un empujón. Hubo cosas más fuertes, pero solo yo vi la tarjeta roja", se lamenta el jugador, que deberá ver desde la grada del Príncipe Felipe el partido del domingo ante el Depor B (16.00). Tampoco podrá jugar Dani Gómez por cumplir ciclo de amarillas.

Quien sí podrá estar será Rives, sustituido el pasado domingo en el minuto 8 por unas molestias. Al jugador se le practicaron ayer pruebas y no sufre ni rotura ni contractura. Hoy y mañana entrenará "con más cuidado" para evitar sustos, pero su participación es casi segura.

En cuanto a la mejoría del equipo, Carrizosa reconoce que sobre todo ha sido un "cambio de suerte, porque en los partidos de fuera siempre hemos jugado bien. Los problemas los teníamos en casa, pero ahora tenemos más confianza y hemos resuelto ese problema", explica.