Si estar a un paso del ascenso es un gran logro para el Cacereño, haber recuperado a su afición es, si cabe, algo más importante. "Sin la afición esto no habría sido posible", reconocía esta semana el máximo accionista del club, Antonio Martínez Doblas.

La ilusión ha vuelto. El mejor ejemplo, el pasado domingo, cuando 5.000 gargantas animaron durante 90 minutos a sus jugadores. Entre esos 5.000 hay historias de pasión por el Cacereño, aficionados que han estado siempre con "su equipo" y que en esta fase de ascenso han robado horas al sueño y a la familia para hacer cientos de kilómetros en un autobús para animar con el Cacereño.

Es el caso de Loly Criado, José Luis Bravo o Siso Blanco, tres aficionados que se confiesan seguidores verdes desde que tienen uso de razón.

Loly, que desde niña iba a los partidos con su padre, Felipe Criado, cuenta que el olor a puro le remonta a sus infantiles tardes de fútbol en el Príncipe Felipe. Conoció a su marido en el estadio en un homenaje a Chinto y su hijo, Roberto, que ahora tiene dos años y medio, "es socio desde el día que nació". Incluso su perra, Luna, es socia del Cacereño desde hace 10 años con el carnet número 100.

El amor al Cacereño, confiesa, es algo "intrínseco" a ella, que desde hace unos años forma parte del Escuadrón Verdiblanco. "Es una pasión", dice José Luis, que añade que "la marea verde es lo más grande. El domingo me emocioné en el estadio". "Se me pusieron los pelos de punta por ver a tanta gente. En la grada, los que estamos siempre, nos mirábamos y deciamos que estábamos soñando", indica Siso. Pero estaban despiertos.

En esta fase de ascenso han estado con el Cacereño en Yecla y Haro --excepto Loly, que, embarazada de cinco meses, se perdió este partido-- y mañana estarán en La Palma, salvo José Luis. "No podré estar, tenía otro compromiso ineludible, pero mi corazón estará con ellos, empujando para ganar".

Ellos, como sus compañeros de grada, su "gran familia", como la describen, recuerdan los últimos ascensos del Cacereño "como si fuera ayer" y esperan repetirlo mañana. "No podemos fracasar, tenemos que estar todos unidos", recalca Siso.

¿Subiremos a Segunda B? "Claro que sí", dicen los tres por separado como si fueran una sola voz, la de la hinchada del Cacereño.