Almendralejo (35.000 habitantes) tendrá dos clubs de División de Honor de fútbol juvenil. El Diocesano, el equipo que lleva el nombre de la capital de Tierra de Barros y el Extremadura serán los representantes regionales en la élite la próxima temporada.

El ascenso del Extremadura, el pasado sábado, ha creado esta circunstancia, desde luego única en España. Pero qué quieren que les diga: a mí no me extraña conociendo la idiosincrasia de Almendralejo, donde realmente todo puede ocurrir. Igual que se apuesta por la industria y por la motivación empresarial, se da un paso adelante por el deporte.

El Almendralejo, un equipo de cantera, ha logrado mantenerse este año en un grupo donde militan clubs tan importantes como el Madrid, el Atlético o el Rayo, entre otros. Con él, el Diocesano, que lo ha hecho por séptimo año consecutivo, y que también es un caso muy especial.

Ahora se plantea si hay espacio para tanto y que si ello no irá en detrimento de la propia cantera. Jugar en la élite y dar la cara sin que te la partan es complicado, desde luego. Y debe serlo más en un enclave como Almendralejo. Hay quien dice que la cantidad de jugadores extranjeros que están en el juvenil del Extremadura le resta esencia y mérito a la hazaña futbolística azulgrana. Solamente el tiempo dirá si el paso que se ha dado es el bueno, aunque es evidente que alguna ‘pelea’ por algún jugador se atisba ya en el horizonte. Pero eso también es lógico en el mundo en el que nos ha tocado vivir.

Como sucedió el sábado, ahora toca disfrutar. A mí no me sale ahora poner problemas a una gesta deportiva de primer nivel. ¿Que esta bonanza va a durar solamente un año? Pues puede ser. Pero creo que con que solo haya un jugador que dé el salto a la primera plantilla ya será un éxito, aparte del disfrute de cada dos fines de semana.