Almudena Cid, que el viernes se clasificó, con 24 años, para su tercera final olímpica, considera que las jueces han sabido valorar su gimnasia "elegante y madura".

"Para mí es todo un orgullo poder estar donde estoy, con 24 años, codeándome con gente más joven. Pero eso no se nota en la pista. Al revés", dijo, "lo que se nota es otro tipo de gimnasta más elegante y más madura, y hay que luchar por la gimnasia sea también eso".

Cid, cuyos padres son naturales de la localidad cacereña de Brozas, partía el viernes como octava, pero no las tenía todas consigo para meterse entre las diez finalistas.

"Nunca se sabe. Puede haber un fallo, no llevábamos juez, apoyo poco, pero he hecho unas buenas actuaciones y estaré en la final", apuntó.

La vitoriana atribuyó que ella haya sido la primera en llegar a una tercera final "a la ilusión por la gimnasia" y a la capacidad para superar las dificultades.

"Se me han presentado muchos problemas a lo largo de mi carrera", aseguró. "Ir superándolos me ha hecho más fuerte. En un momento dado me fui a Barcelona con mi entrenadora (Iratxe Aurrekoetxea) y esa es la mejor decisión que he tomado en mi vida", dijo.

Respecto a las posibilidades de mejorar el domingo el noveno puesto de Atlanta y Sydney, Almudena comentó: "Mi número preferido es el ocho. Espero que me acompañe en la final, pero no me va a quitar el sueño. Estando aquí ya he hecho más de lo que pensaba".