El fichaje lleva años gestionándose y se ha acelerado en los últimos meses cuando Emilio Botin, dueño del Banco de Santander, decidió convertirse en copatrocinador, junto a Marlboro, del equipo Ferrari de F-1 a partir de la próxima temporada. Puede que Botin no exigiese la presencia de Fernando Alonso, bicampeón español de F-1, en la scuderia pero es evidente que Luca di Montezemolo, presidente de Ferrari, entendió rapidamente que si el banco español pagaba 40 millones de euros por cada una de las cinco temporadas que firmaba (las mismas por las que va a ser contratado el piloto español) era, en parte, para financiar la ficha de Alonso, que será de 25 millones de euros por temporada, eventos publicitarios incluidos, según desveló el diario británico The Guardian en su edición del pasado lunes.

"Desde que eres pequeño, juegas con coches rojos", dijo hace cuatro semanas Alonso. "Cuando pilotas un Ferrari, no puedes olvidarlo". Semanas después, hace escasos días, en Madrid, Montezemolo reconoció su devoción por Alonso: "Siempre le he querido, siempre. Ya me fijé en él cuando empezó a correr con el Minardi", señaló el magnate italiano, recientemente, en Madrid. "Y siempre he pensado que, tarde o temprano, acabará pilotando para nosotros, como el resto de grandes campeones", añadió el máximo responsable de la firma de Maranello.

La sensación de que el acuerdo estaba firmado desde hace muchas semanas fue una evidencia cuando, el pasado 21 de agosto, Martin Whitmarsh, jefazo de McLaren en sustitución de Ron Dennis, aseguraba que "el fichaje de Alonso por Ferrari tendrá grandes e importantes repercusiones en el Mundial de F-1". Ya todo quedó cerrado cuando, el pasado domingo, Bob Bell, que, en Singapur, estrenaba cargo en Renault F-1, aseguraba, tras el primer podio de la temporada del bicampeón, que "lo vamos a echar mucho en falta".

Ferrari, Alonso y el Santander unidos durante los próximos cinco años. El asturiano llevándose 25 de los 40 millones que el banco español entregará anualmente a la scuderia. Todo redondo, todo perfecto, todo estelar, a lo grande, para que la firma del caballino rampante recupere su dominio en el Mundial de los monoplazas donde, curiosamente, parece haber lanzado ya la toalla, a falta aún de tres grandes premios, para centrarse y destinar todos sus esfuerzos en el coche que pondrá, en la próxima temporada, en manos del bicampeón Fernando Alonso.