El bicampeón mundial de Fórmula Uno Fernando Alonso (Renault) declaró ayer que, de las cinco carreras que faltan para finalizar la temporada, la más complicada será la del Gran Premio de Italia, que se disputará este fin de semana en Monza.

Alonso, octavo en la clasificación general de pilotos, reiteró que su único objetivo para el final de la temporada es ayudar a la escudería con la que ganó los mundiales de 2005 y 2006 a obtener el cuarto puesto en la Carrera Mundial de Constructores.

"Este año ya es imposible estar arriba, así que hay que intentar nuevos objetivos, y centrarnos en acabar por delante de Toyota, ya que sólo nos separan cinco puntos. Esa es la meta más real que tenemos. Todo lo que sea victorias y podios está descartado para estas últimas cinco carreras", sentenció.

En cuanto a los rumores de un posible cambio de equipo, que se han intensificado tras conocerse que BMW-Sauber anunciará sus pilotos el próximo lunes, el piloto recordó que su contrato con Renault le obliga para dos años, aunque tiene la opción de irse si no está satisfecho con la temporada. "Mi idea es volver a ganar con Renault, aunque este año no haya sido posible. Quedarme o no depende de fiarme de ellos o no, porque todos los equipos dicen que han resuelto los problemas, que han mejorado el coche y que van a ganar", comentó.

Alonso, que ha reconocido en varias ocasiones su voluntad de conducir con Ferrari, cree que la escudería italiana confirmará sus pilotos en Monza, "como siempre", y que no dará sorpresas y el finlandés Kimi Raikkonen "volverá a ser su piloto".

También aludió a la cantidad de sanciones que está recibiendo este año su ex compañero Lewis Hamilton, que la pasada temporada apenas fue penalizado. "La diferencia con el año pasado es que han cambiado los jueces. La última década eran siempre los mismos, y este año hay tres personas nuevas, que no conocen de favoritismos. Si haces algo mal este año, lo pagas", dijo.