Calado bajo la lluvia, sin casco, con la mirada perdida, observó tras la valla los restos de su coche hecho añicos, como su sueño de alcanzar el tercer título. Fernando Alonso no pudo esquivar el muro cuando el aquaplanning dejó a su McLaren sin gobierno. Antes de que una motocicleta le devolviera al paddock tuvo tiempo de ver pasar a un prodigioso Hamilton líder, inmune a una caótica carrera que contó con cinco líderes, lanzado hacia una victoria que le coloca a las puertas de la corona en su primer año en la F-1.

TALENTO Y SUERTE Para ser campeón se precisa un buen coche, talento y una pizca de suerte. Hamilton, ese jovencito atrevido y buenísimo, disfruta de las tres. El McLaren se mostró más rápido que los Ferrari, el inglés pilotó de forma magnífica bajo la lluvia y disfrutó de tres golpes de buena suerte. El primero llegó con la decisión del director de carrera de dar la salida neutralizada tras el coche de seguridad bajo un aguacero continuo. De un plumazo se esfumó cualquier posibilidad de que Alonso, con quien compartía la primera línea, le adelantara en la arrancada. La lucha en la primera curva de la que tanto se había hablado nunca ocurrió.

Con la retirada del coche de seguridad (vuelta 20) comenzó el dantesco baile bajo la lluvia y la niebla. El segundo trompo de Massa y el accidente de Alex Wurz certificó el infernal estado de la pista, algo que confirmaron una vuelta después Jenson Button y Nick Heidfeld.

Alonso había perdido 2,8 segundos con Hamilton en ocho vueltas, justo antes de hacer su parada. Hamilton lo hizo un giro después, pero por ese hueco de casi tres segundos se colaron Giancarlo Fisichella, Heikki Kovalainen, Robert Kubica y David Coulthard. Sebastian Vettel, en unas vueltas memorables, llevó su modesto Toro Rosso al tercer puesto y se convirtió en el líder más joven de la historia (18 años) cuando heredó fugazmente la primera plaza en el baile de repostajes.

El segundo golpe de fortuna para Hamilton llegó en la vuelta 34 cuando el inglés se empeño en defender su posición ante Robert Kubica cuando el polaco tenía que parar a repostar en una o dos vueltas. Se tocaron y acabaron fuera de la pista, pero el inglés regresó al asfalto con su coche intacto y sin perder ninguna posición, mientras que el polaco fue castigado con una penalización.

CARRERAS A CIEGAS Una vuelta después, Alonso vivió la misma situación con Sebastian Vettel que regresó a pista tras el repostaje justo por detrás del asturiano. Salió peor parado el bicampeón español, con la parte trasera de su pontón derecho destrozada y adelantado por Raikkonen que remontaba desde atrás antes de su tercera parada en box.

Hamilton aprendió la lección y no peleó su posición ante Fisichella y Coulthard, mucho más descargados de gasolina antes de su parada.

Tras completar la habitual rueda de repostajes pasado el ecuador del gran premio, Hamilton era el líder de la carrera por delante de Mark Webber, Sebastian Vettel y Fernando Alonso. El asturiano estaba obligado a remontar con un coche dañado ("nunca supe qué le había ocurrido a mi coche, pero iba raro, raro, raro", confesó el bicampeón) si no quería perder cinco puntos con su compañero, pero acabó contra el muro tras perder el control por

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