La justicia llegó de lo más alto. Del cielo, claro. Las caprichosas nubes de Hungría, una lluvia impropia de Budapest en agosto, desmoronó el rígido andamiaje que encorseta la F-1. El desplome descubrió una carrera memorable, plagada de adelantamientos, de dificultades, de momentos estelares entre los que emergió Pedro de la Rosa para exigir un lugar entre los mejores con el primer podio de su carrera. La lluvia pintó un escenario para el lucimiento de Fernando Alonso, para una memorable remontada del asturiano que finalizó con una avería cuando era líder. El frío ambiente de Hungaroring congeló también el dominio de Ferrari y descubrió que la ambición es lo mejor y lo peor de Michael Schumacher.

Con los dos rivales al título retirados por avería podría pensarse que la lucha sigue como antes del Gran Premio de Hungría. Todo lo contrario. Alonso abandonó por un problema en el palier, propiciado por una defectuosa colocación de la rueda trasera izquierda en el segundo repostaje. Hasta entonces, había rebasado a ocho coches en la primera vuelta y luego dio cuenta de los dos Ferrari, con un adelantamiento memorable a Schumacher por fuera de la curva cuatro en pleno aguacero.

RETIRADA DE ´SCHUMI´ El alemán acabó enfilando el camino de los boxes con su coche dañado por un toque cuando se resistía a ser adelantado por Nick Heidfeld a cuatro vueltas de final. "Podía haber conservado el cuarto puesto sino hubiera pugnado con Heidfeld, pero yo soy así para lo bueno y para lo malo. Siempre peleo hasta el final". No se puede decir que el alemán fuera víctima de la mala suerte como Alonso porque se libró de las consecuencias de un trompo y de un encontronazo con Giancarlo Fisichella que solo dañó su alerón delantero. Incluso apareció el coche de seguridad para darle opciones de llegar al podio cuando ya había sido doblado por Alonso. Y para colmó, la descalificación de Kubica, ya casi de noche, le dio un punto prostero. Ahora está a solo 10 puntos de Alonso.

"Pensé que se había hecho justicia", reconoció Alonso al ver el coche de Michael enfilar el camino del garage. Pero el abandono de su rival no le consoló. "Nuestro coche volaba y en este circuito podíamos haber hecho primero y segundo". Cuando se vio líder con 40 segundos de ventaja sobre el segundo pensó en el golpe que podía dar a este Mundial. Un palier acabó con el sueño, pero no con la constatación de que Renault y Michelin han

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