Fernando Alonso manifestó ayer, en Cheste, que confía en poder luchar por el título de campeón del Mundo de Fórmula Uno 2010 al volante de un Ferrari junto a su compañero, el brasileño Felipe Massa.

Alonso asistió a la última jornada de las Finales Mundiales de Ferrari, celebradas en el circuito de la Comunidad Valenciana Ricardo Tormo, tras un permiso concedido por la escudería Renault, con la que el piloto asturiano tiene contrato hasta el próximo 31 de diciembre.

"Para mí, es un día muy importante, ya que es el primero en el que he podido experimentar el mundo Ferrari, y la verdad es que estoy muy impresionado y muy feliz", dijo Alonso en una breve alocución ante los aficionados congregados en las gradas del circuito.

"El año 2010 será muy importante para Ferrari y junto con Felipe --Massa-- espero estar en la lucha por el título. Confío en que con nuestro trabajo todos los ferraristas del mundo puedan estar orgullosos de nuestro trabajo y nuestra profesionalidad", añadió el asturiano.

Asimismo, Massa se mostró "muy contento" de poder volver a pilotar después del accidente sufrido en el Gran Premio de Hungría en el mes de julio pasado y que le obligó a dejar el certamen de 2009 por las heridas casadas en la cara y el ojo de las que ya se ha recuperado. "Espero que podamos hacer el mejor equipo la próxima temporada al volante del mejor coche", dijo.

Luca Cordero de Montezemolo, presidente de Ferrari, se mostró "feliz" por la recuperación de Massa tras su accidente en Hungaroring, y dio la bienvenida a Alonso al "mundo Ferrari" en una alocución abierta a la grada del circuito valenciano.

Antes, Alonso y Massa iniciaron una vuelta al circuito a bordo de un Ferrari California descapotable rojo conducido por Montezemolo y con los dos pilotos subidos en la parte superior de los respaldos traseros.

Tras ellos iba otro Ferrari, del mismo modelo pero de color azul, y conducido por el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y acompañado por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.

La anécdota del día la protagonizó Montezemolo, ya que antes de superar la recta principal del circuito, se metió en la escapatoria de la curva de final de recta para saludar a las aficionados pero el coche quedó atrapado en la grava.