Superado satisfactoriamente el peligroso escollo del debut, el seleccionador fue muy generoso a la hora de calificar la actuación de España ante Rusia. En su opinión, el equipo español mereció un notable alto, un ocho, por la "fenomenal mentalidad para afrontar el partido inicial y todo lo que conlleva". Después de un buen resultado "en un encuentro determinante ante un contrario difícil", el técnico vasco buscará el sobresaliente ante Grecia, la selección que comprometió la clasificación para esta fase final con su victoria en Zaragoza --la única derrota desde la llegada de Iñaki Sáez-- hace poco más de un año (0-1).

Una herida que todavía no ha cerrado, pese a que España arregló las cosas en la posterior eliminatoria de repesca ante Noruega. "Tenemos una historia reciente y es hora de establecer quién es el mejor. No es ánimo de revancha sino simplemente de dejar claro que estamos en un nivel superior", comentó Sáez tras el entrenamiento de recuperación que dirigió ayer por la mañana. En busca de la segunda victoria, hará cambios porque considera que lo conveniente ahora es "alterar y alternar". Se trata de dar otro paso adelante ante un rival "con un esquema bien trabajado".