Octavo puesto, mejor español y la sensación de que el atleta extremeño Álvaro Martín se ha instalado definitivamente en la élite de la marcha internacional. Ayer, en la última jornada de los Mundiales de Londres, estuvo casi siempre entre los mejores de la carrera de 20 kilómetros, aunque a falta de poco se descolgó en una prueba ganada por el colombiano Eider Arévalo con un tiempo de 1 hora, 18 minutos y 53 segundos.

Martín, de 23 años, entró a 1:12 (1:19:41) dentro de una buena actuación española, ya que tras él llegó a la meta Alberto Amezcua. El décimo puesto de Miguel Ángel López, hasta ayer campeón del mundo, sí decepcionó. Diego García fue decimotercero.

El deportista de Llerena necesitaba una actuación así después de su mal papel en los pasados Juegos de Río, cuando terminó vigesimosegundo. Muy concentrado, con una técnica depurada, peleó de tú a tú en el grupo de cabeza hasta que ya no pudo seguir el ritmo. El fuerte tirón del sudafricano Lebogang Shange --cuarto al final-- resultaría decisivopara que se descolgase a la altura del kilómetro 17. Después de Arévalo, completaron el podio el ruso ruso Sergei Shirobokov y el brasileño Caio Bonfim.

mezcla de sensaciones / «Veía la medalla muy cercana, porque hasta los últimos tres kilómetros he estado ahí adelante, pero iba ya muy justo. A partir de ahí me ha costado mucho y lo he pasado mal. Estoy contento porque he sabido regularme, autoagrediéndome al exigirme más de lo que podía dar. Ha sido durísimo», comentó tras la prueba, todavía con una bandera de España a la espalda.

«Hubo un momento en el que poder subir al podio no era descabellado. Al final perdí posiciones y fui bajando. Sin embargo, sé que puedo dar mucho más y que tengo que seguir trabajando porque han sido los dos últimos kilómetros en los que perdí fuelle», indicó.

El recuerdo de Río estuvo presente, pero más como motivación. «Tenía muchas ganas de quitarme esa espina de los Juegos Olímpicos, pero había trabajado muy bien y estaba preparado para todo», comentó.

Martín sonreía al decir que hace cinco años, en su debut internacional a alto nivel, todavía no le «crecía la barba» y que ahora podía decir que había obtenido plaza de finalista en un Mundial. Sin embargo, sí mostraba su habitual ambición cuando comentaba que se quedaba «con la rabia al saber que podía haber peleado por algo más».

También consideró satisfactoria la «gran actuación» del equipo español, con los cuatro componentes entre los 13 primeros. «Esperemos que en los próximos campeonatos haya un español o incluso dos en el podio», concluyó.

Y es que consideró que «la competencia entre los españoles es muy fuerte, y siempre peleamos entre nosotros porque sabemos que estamos entre los mejores del mundo».

Ahora, y tras la intensa preparación de la cita de Londres, se tomará unos días de descanso, posiblemente en Llerena, su localidad natal, donde la carrera de ayer fue seguida con intensidad. Al final no pudo subir al podio, pero sí puede presumir de haber sido uno de los atletas españoles más competitivos durante los diez días que ha durado el Mundial.