Viene de tan lejos que no puede aparcar o aterrizar. Su llegada será todo un alunizaje. Lance Armstrong lleva tres años alejado de la alta competición y eso, en un deporte que te exige llevar tu cuerpo al límite, parece demasiado. Ningún ciclista o exciclista profesional con el que he hablado cree que lo pueda lograr. Pero yo, si fuera uno de ellos, no estaría tranquilo.

Armstrong ha demostrado siempre una determinación y una ambición tan grande para llegar a su objetivo que no me atrevo a afirmar con rotundidad que no lo logrará. Es muy difícil, casi imposible, pero si alguien puede hacerlo es él. Eso sí, si lo logra, el ciclismo demostrará otra vez que tiene un problema. Este retorno es absurdo pero imposible de criticar. Vuelve para poder ir más allá en su lucha contra el cáncer. En EEUU ya ha hecho todo lo que está a su alcance y quiere universalizar su esfuerzo. Extender hasta donde pueda la imagen de que al cáncer se le puede ganar. Aportando su ejemplo y fondos para la investigación de una enfermedad que provoca más muertes que el sida. Nadie puede cuestionarlo, solo aplaudirlo. No quiere cobrar, solo recaudar para investigar.

XPERO NO TODOx será color de rosa. Con él volverá el fantasma del dopaje. Muchos medios le estarán esperando y no para darle la bienvenida. Jamás dio positivo en un control, pero después de su retirada han pasado muchas cosas y ha quedado demostrado que un altísimo porcentaje de sus rivales se dopaban. Así las cosas, ¿cuánta gente pensará que él también lo hacía? Y eso, en un momento en que este deporte esta limpiando su cara, no parece muy adecuado. Para las autoridades deportivas, doparse es el uso de sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento. Para muchos atletas, doparse es la detección del uso de esas sustancias. Una diferencia importante.

Lo que está claro es que el impacto mediático ha sido y será brutal. Según han explicado, su primera carrera como profesional será el Tour de California, prueba vinculada a ASO, la empresa organizadora del Tour de Francia. Por ello espero que podamos verla en Teledeporte.

Pero el gran momento llegará con su regreso a Europa, donde es tan admirado como odiado. Eso sucederá en la París-Niza y allí el nivel será más alto y probablemente muchos esperarán verle sufrir tanto como él torturó a sus rivales.

A día de hoy, no me lo imagino en Mónaco en la salida del próximo Tour. Creo que en el camino verá que no es posible puesto que él no puede correr si no es para ganar. Pero si lo logra, la expectación será insuperable, recibirá tratamiento de superestrella y anulará a la generación emergente.

Ante Armstrong los Kohl, los hermanos Schleck e incluso Alberto Contador no tienen nada que hacer. Pero eso, esperemos, será solo antes de comenzar a correr. Tengo la sensación de que todo esto no le ha hecho ninguna gracia a Contador. El es la imagen del nuevo ciclismo, un líder carismático para el futuro. Tiene asumido ese papel y ahora aparece un actor inesperado. Alberto también es un corredor que ha superado un grave problema de salud para llegar a donde está y eso imprime carácter. Por eso ha dicho que le da igual si Armstrong vuelve y que tampoco le preocupa que lo haga en su mismo equipo porque tiene claro que él estará en la salida del próximo Tour con un único objetivo, ganarlo.