Andrea Vilaró Aragonés (Barcelona, 9-5-1993) habla del actual momento del Al-Qazeres, colista de la Liga Femenina de baloncesto. Sin eludir la autocrítica, la escolta se muestra optimista de cara a lo que resta de temporada. Su mirada limpia es una garantía de sinceridad.

--¿Qué diagnóstico hace de la situación del equipo?

--Es difícil. En los últimos tres partidos ha habido mucha mejoría, compitiendo mucho más, empezando más concentradas, más metidas en el partido. El diagnóstico es "mejorando día a día". Arrancamos bien la liga, pero luego entramos en un bucle negativo. Espero que en la segunda vuelta mantengamos la progresión.

--¿Qué le ha faltado para conseguir más victorias?

--Cambiar dos jugadoras importantes siempre te trastoca los planes. Aunque hayamos hecho también cosas bien, tenemos que mejorar en todo, porque si no, vamos a quedarnos donde estamos. La pretemporada fue engañosa.

--¿Cuántos partidos cree que hay que ganar para la salvación?

--Llevamos dos... Va a estar en ocho, o siete. Sería lo normal.

--¿Ve realista lograrlo?

--Sí. Nos quedan muchos partidos importantes en casa: Mann Filter, Gran Canaria, Campus Promete, Cadí, Zamora... Si podemos arañarlos y arrancar alguno fuera... Sería de tontos tirar la toalla cuando todavía no ha pasado ni la primera vuelta.

--¿Vio necesarios los cambios en la plantilla?

--Nosotras nos dedicamos a jugar. Los que deciden son el cuerpo técnico y la directiva. Pero nosotras notábamos que nos faltaba algo, una jugadora más determinante que nos ayudase en ataque y defensa. Karla Gilbert es una chica que pelea los 40 minutos y eso se nota. Sabes que siempre la tienes ahí. Estamos muy contentas con ella como con Fatou Diang.

--Ahora pasa a jugar más como escolta. ¿Mejor ahí?

--Mi posición natural no es el de base. Me oprime un poco, aunque si tengo que ayudar, lo hago hasta de pívot. Si tengo que escoger, prefiero ser escolta. Al final en la vida compites. Me lo tomo con optimismo.

--¿Qué tal se ve a sí misma?

--Irregular. Es la verdad. Miras las estadísticas y tus sensaciones y en unos partidos he ayudado y en otros he sido un desastre. Un poco como el equipo, en la tónica general.

--No parece que le asuste la responsabilidad...

--Es mi tercer año en Liga Femenina y eso es una pequeña ventaja. Si tengo que tirar un día ocho tiros, lo hago. Si otro día le toca a otra, pues igual.

--¿Está cómoda en Cáceres?

--Sí. Es una ciudad bastante grande. Está lejos de mi casa, pero es un sitio bonito y la gente te acoge bastante bien.

--¿Qué le gusta hacer aparte del baloncesto?

--Soy muy futbolera, muy del Barça, pero veo todo tipo de partidos. También me gusta jugar al tenis, ver series y hacer el tonto (risas). Nos movemos mucho juntas las del equipo, hacer un poquito de piña.

--En el 2011 perdió de repente a su madre mientras usted estaba jugando en Estados Unidos. ¿Se termina uno de recuperar tras algo así?

--Siempre se lleva dentro y te cuesta superarlo. Yo tardé dos años. Me afectó a mi juego, pero a finales del año pasado empecé a dar algunos destellos de cómo me sentía antes de la muerte de mi madre. Estoy recuperando mi juego, mi forma de expresarlo, de sentirlo.