El gol del Mundial le ha convertido en una especie de héroe nacional, pero Andrés Iniesta es el mismo de siempre. Un tipo de lo más sencillo que disfruta jugando como cuando era un niño. Y él insiste en que no hay mejor equipo para disfrutar de este juego que el Barça. Ya el domingo fue uno de los grandes protagonistas con su golazo al Racing.

--Ha vivido un verano muy especial...

--Sí, distinto sí ha sido porque, quieras o no, tienes el recuerdo del año pasado, que lo pasé muy mal con la lesión y otras cosas, y claro, en este he disfrutado muchísimo.

--¿Y no se le ha hecho raro eso de ser objetivo de los paparazis y salir también en la revistas del corazón?

--Es normal, ya pasó un poco después de ganar la Eurocopa y ahora con el Mundial y marcando el gol pues hay más interés. Así que ya lo esperaba. Lo que no sabía es que a algunas personas no les iba a gustar mi bañador, que para mí era muy bonito (risas). No pensaba que iba a levantar esa expectación. Si lo sé me hubiese puesto uno peor al día siguiente. El año que viene ya iré preparado.

--También se le veía blanco, muy blanco...

--Encima eso. La foto era el primer día que iba a la playa y aún no me había puesto moreno. Después, ya cogí color (nuevas risas).

--Con todo lo que le rodea, el dinero, la fama, la admiración, ¿no es muy difícil seguir siendo el mismo?

--Para mí no lo es. Soy de los que piensan que cada uno siempre se muestra como es. El que al final te la acaba dando por chulo, es porque es chulo y el que te la acaba pegando es porque es así.. Yo tengo mi forma de ser. Igual lo veo demasiado fácil y desde fuera se ve diferente. El fútbol es mi vida, y luego tengo a mi novia, a mi familia, a la gente que está cerca de mí y nada más. Estoy encantadísimo de vivir en esta situación privilegiada pero sé que hay que valorarlo. A veces el hecho de estar arriba, que si el dinero, que si los coches, que si la fama... Todas esas cosas te hacen perder un poco el norte pero yo me siento el mismo. Llevo una vida muy normal y creo que la gente también lo agradece.

--Ha hablado de momentos difíciles. Pero después de golpes duros ha recibido grandes compensaciones. Le ocurrió con el gol decisivo ante el Chelsea en la Liga de Campeones y ahora en el Mundial.

--Tenía muchas ganas de que el Mundial de Suráfrica saliese bien porque, claro, lo que uno no puede hacer es caer en esa dinámica de que todo te salga mal, y ser negativo. No es mi forma de ser, ni mucho menos, siempre me ha gustado darle la vuelta a las cosas. Y también me gusta pensar que el fútbol, como la vida, a veces te devuelve lo que das o te compensa un poco los esfuerzos, los sacrificios. No sé, creo sinceramente que la gente que ama el fútbol acaba recibiendo una recompensa. Nunca sabes cuándo llegará, pero a mí me ha llegado, y ahí quedan esos momentos tan buenos que he tenido la oportunidad de vivir.